El PP de Alicante desplazará hasta València a más de 800 personas -723 militantes y 80 invitados- al congreso regional. El presidente de los populares alicantinos, José Císcar, liderará la expedición a un cónclave que, según la formación, pretende poner las bases de la regeneración de la formación y proyectarla hacia las elecciones autonómicas y municipales de 2019. La diputada alicantina Loreto Cascales ha coordinado la ponencia política, el documento que diseñará el futuro del partido, aunque también estará presente en los textos de Economía y Social, a través de Juan José Berenguer, Arturo Poquet y María Mut, que han participado en la redacción de los documentos.

El final del proceso del congreso regional dará paso, a partir de la próxima semana, a la cuenta atrás para el cónclave provincial en el que, salvo un cataclismo o un giro de 180 grados, José Císcar será reelegido para un nuevo mandato. Ese movimiento, a falta del momento que elija Císcar para hacer público el anuncio oficial y de la reunión de la Junta Directiva Provincial para convocar el congreso que se celebrará en la segunda quincena de mayo en la Universidad de Alicante, supondrá reeditar la bicefalia en la que en estos momentos «cohabitan» los populares alicantinos con César Sánchez al frente de la Diputación y Císcar en el partido.

La intención de la cúpula provincial del PP es la de convocar, a su vez, los congresos locales para el mes de julio. La idea es que, a la vuelta de las vacaciones de agosto, la formación pueda empezar a engrasar toda la maquinaria electoral. Uno de los congresos, sin duda, más esperados es el de la ciudad de Alicante. La cúpula popular está convencida de que, con total seguridad, se tendrá que recurrir a las urnas para decidir el «duelo al sol» que puede enfrentar a Luis Barcala y a Carlos Castillo como los dos principales aspirantes. La victoria no garantiza ser candidato a alcalde, subrayan desde el PP. Pero concede cuerpos de ventaja.