Visto bueno de la dirección nacional del PP a la celebración del congreso provincial, en el que con toda seguridad se reelegirá a José Císcar para un segundo mandato y se ratificará la bicefalia con César Sánchez como presidente de la Diputación. Para mañana por la tarde está citada la Junta Directiva de los populares alicantinos con la intención de celebrar el congreso el sábado 27 de mayo, en un lugar aún por determinar al no estar disponibles ni la Universidad de Alicante ni tampoco el Adda. Con la convocatoria oficial se tendrán que nombrar a los miembros del Comité Organizador y abrir el plazo para que se apunten los militantes que quieran participar, en tanto que el sistema será el mismo que en el cónclave regional: sólo podrán votar para elegir al presidente provincial y ejercer como compromisarios aquellos afiliados que se inscriban en un listado y que están al corriente de sus cuotas. Para el congreso autonómico, se pusieron al día unos tres mil afiliados y ahora falta por ver cuántos deciden también sumarse a la lista para el provincial.

Como confirmaron fuentes de la dirección del PP, la Junta Directiva Provincial está citada para mañana con la idea de convocar el congreso. José Císcar acudió ayer a la reunión del Comité Ejecutivo Nacional, celebrada en Madrid, para ratificar la puesta en marcha del mecanismo de los congresos provinciales, una vez ratificada la elección de Isabel Bonig para encabezar el partido en la Comunidad Valenciana. Hubo felicitación para la dirigente autonómica y, a lo largo de los próximos días, arrancará un calendario que se presenta sin demasiados sobresaltos, al menos sobre el papel, en Alicante, con la renovación de José Císcar; y en Castellón, donde repetirá el presidente de la Diputación de Castellón, Javier Moliner. Pero que, sin embargo, viene impregnado de gran ruido en la provincia de València. Bonig apadrina la candidatura de Mari Carmen Contelles frente a Vicente Betoret, el actual líder provincial del PP. Y no se descarta, incluso, que pudiera registrarse una tercera candidatura.

El escenario de lucha que se abre ahora en València amplía aún más, si cabe, la influencia de Císcar en la nueva estructura territorial del PP. Mantiene a Eva Ortiz y José Juan Zaplana en dos de los tres puestos más importantes de la dirección además de colocar varios peones de su confianza en las secretarías de área y de dar entrada en la dirección a todos los alcaldes con los que cuenta el PP en ciudades de más de 20.000 habitantes de la provincia, incluídos los primeros ediles de Orihuela y de Benidorm, que son miembros natos. Pero además, esa lucha sin cuartel que se abre en València concede a Císcar, si cabe, un peso mayor como apoyo de Bonig que, en parte, se juega empezar con más estabilidad o con una derrota en la provincia vecina que la debilite.

Junto a la bronca en València, el proceso arranca con otra gran incógnita: el papel que juega César Sánchez, muy desdibujado en el congreso regional del PP. Uno de los retos de este cónclave, sin duda, es acomodar un sistema de «bicefalia» que nunca ensayaron los populares pero que tuvieron que adoptar por fuerza hace dos años. Un inquilino en la Diputación y otro al frente de la dirección del PP que tiene una enorme influencia sobre las decisiones que se toman en el Palacio Provincial. Ahora no les queda otra que darle forma en su estructura.