El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ignoró ayer por completo la principal reivindicación que le formuló la lideresa regional del PP, Isabel Bonig, durante le clausura del XIV congreso de los populares valencianos. Rajoy no tomó el guante que le lanzó Bonig y declinó comprometerse a incrementar las inversiones en la Comunidad Valenciana y mejorar el modelo de financiación autonómica -ese que priva todos los años más de 1.000 millones a las arcas del Consell-.

Relacionadas

Durante su intervención en el cónclave, la presidenta regional se mostró combativa y trasladó una petición clara y concisa al también líder nacional del PP. «Ya te dije que te íbamos a pedir. Con lealtad, pero pedir. Delante de toda mi gente solo te pido una cosa: justicia con esta tierra», comenzó diciendo la dirigente popular instantes antes de que el auditorio prorrumpiera en aplausos. Bonig no se quedó ahí y acto seguido explicitó cuáles iban a ser sus reivindicaciones. «Esta tierra necesita más que nunca unión y vertebración, gobernantes que la quieran, la respeten y la valoren. Necesita financiación, agua e inversiones, porque cada euro que se invierte lo devolvemos con creces en beneficio de los valencianos y españoles», apostilló. Y concluyó: «Sé que harás justicia con esta tierra».

Rajoy tuvo entonces una excelente oportunidad para que Bonig se anotara un tanto. Podría haber anunciado un aumento en las inversiones que se recogerán en los Presupuestos Generales del Estado para 2018 -que se están conformando todavía y que el PP debe pactar en el Congreso- y también podría haber dado a conocer que la Comunidad Valenciana dejará de estar discriminada con el nuevo modelo de financiación autonómica que en teoría ha de alumbrarse en los próximos meses. Pero ni una cosa ni la otra. El presidente eludió por completo esos dos temas durante su intervención.

A lo que sí se comprometió el líder nacional del partido fue a impulsar las obras del Corredor Mediterráneo a lo largo de la presente legislatura. En primer lugar aseveró que antes de que expire el año «entrará en servicio el tramo entre Valencia y Castellón», mientras que a lo largo de la legislatura la infraestructura será una realidad en las tres provincias valencianas. «Será muy importante para la competitividad de las empresas», sentenció en alusión a ella.

Al margen de peticiones y promesas, tanto Bonig como Rajoy coincidieron ayer en que el PP de la Comunidad abre ahora una nueva etapa. Quiere desmarcarse de una vez de los «errores» del pasado -la palabra corrupción ya no se escuchó ayer en ninguno de los dos discursos- y centrarse exclusivamente en su único reto: recuperar el poder durante las instituciones en las elecciones autonómicas y municipales de 2019. «Hoy (por ayer) cerramos un capítulo brillante con aciertos y errores y empezamos a escribir otro distinto, diferente», sentenció Bonig.

Críticas al Consell

El binomio PSPV-Compromís, como se preveía, también centró una parte del discurso de la presidenta regional. Las críticas se centraron en la figura de la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra: «A la señora Oltra le quiero decir: mire, necesitamos gobernantes que se ocupen de su tierra y de los problemas de los valencianos. A Madrid se va a pedir más financiación, inversiones? Pero no a exportar odio ni a hablar mal de la tierra donde gobiernas, ni de su gente . Hay que trabajar, señores del Titanic».

El decreto de plurilingüismo promovido por el conseller de Educación, Vicent Marzà, también recibió duras acusaciones de la presidenta regional. Se refirió a él en dos ocasiones durante su intervención. La primera, muy aplaudida por los asistentes, para exigir libertad. «Tenemos muy clara cuál es la identidad del pueblo valenciano. Gritamos y pedimos libertad educativa a la hora de elegir el colegio donde estudiarán los hijos y la lengua en la que queremos que se eduquen. Libertad y mil veces libertad frente a la imposición», espetó.

La segunda vez que lo mencionó lo hizo dirigiéndose a Rajoy. «Presidente, te dije en 2015 que quien quisiera imponer a los padres la lengua nos tendría en frente. El PP batallará contra el decreto de chantaje lingüístico porque es una imposición», concluyó Bonig entre los aplausos de cargos y militantes.