Ni el secretario general de Podemos, Antonio Montiel, ni la que se había convertido en una de sus principales opositoras internas, la diputada Sandra Mínguez, dirigirán el rumbo del partido morado tras la asamblea valenciana de la formación de 14 de mayo.

La formación comunicó anoche en un comunicado que Montiel no se presentará a la reelección y que trabajará para que se presente una candidatura lo más unitaria posible porque en su opinión sobran los personalismos.

El actual secretario general ha asegurado que no hará campaña por ninguna opción en particular de cara a la asamblea del 14 de abril, puesto que, a su juicio, es el momento de anteponer el proyecto colectivo. «En este partido sobran ambiciones improductivas y es necesaria más generosidad y una acción política centrada en la solución de los problemas de la gente», asegura el portavoz.

Para el secretario general de Podemos, la Comunidad Valenciana está ante un momento trascendental porque la situación, con niveles de renta inferiores a la media estatal y con índices de pobreza y exclusión social elevados, exige soluciones urgentes.

«Podemos tiene que articular un proyecto pleno de ideas e iniciativas eficaces y hacerlo de manera que nos permita ser una fuerza mayoritaria en 2019», añade Montiel, que dice que el partido «sigue siendo la mejor herramienta para provocar el cambio que requiere la sociedad».

Montiel destaca que la formación se juega mucho y debe estar a la altura de lo que requiere la sociedad, en un momento en el que, a su juicio, el gobierno valenciano ha entrado en un ensimismamiento ante ciertos temas. «Ello nos obliga a incrementar nuestro nivel de exigencia, debemos endurecer la posición para ejercer el control para el que fuimos elegidos», añade Montiel.

Mínguez confirmó también en un comunicado que a partir del 21 de mayo dejará las responsabilidades orgánicas, pero seguirá como diputada en las Corts para cumplir con la confianza depositada por tanta gente, especialmente en políticas de educación», afirma Mínguez en el escrito.

La decisión hay que vincularla al hecho de que en el proceso de renovación del partido a nivel estatal quedara fuera del equipo de Pablo Iglesias, cuyo movimiento interno ha respaldado activamente en los últimos meses. «He recibido críticas y halagos en estos tres años, pero estoy tranquila por haber sido honesta y generosa en cada minuto que he invertido».