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Morera plantea un pacto por las inversiones que vincule a los 33 diputados en Madrid

El presidente de las Cortes propone que no haya apoyo valenciano a los presupuestos si no palían el «sistemático déficit»

Morera plantea un pacto por las inversiones que vincule a los 33 diputados en Madrid

Uno de los rasgos definitorios de la legislatura del Botànic es el intento por situar la agenda valenciana en Madrid. Uno de los pilares ha sido la unanimidad de todos los grupos políticos -impulsada desde fuera por colectivos sociales y empresariales- en torno a unas pocas cuestiones clave, como la financiación autonómica y el corredor mediterráneo.

Las Cortes, la institución que representa a todos los valencianos, va a auspiciar ahora la búsqueda de una posición común contra el déficit «sistemático» en inversiones del Estado: más de 7.000 millones de euros desde el año 2000, según las cuentas de la Cámara de Contratistas de la Comunidad Valenciana. Hasta aquí, una iniciativa dentro de la normalidad parlamentaria. La novedad es la intención de que el acuerdo de la Cámara vincule a los 33 representantes de la C. Valenciana en el Congreso de los Diputados.

Bajando a lo concreto, ¿cuál es el objetivo final del movimiento? «Que no se dé ningún voto valenciano a unos Presupuestos Generales del Estado que no contemplen las inversiones que corresponden al pueblo valenciano en función de su población». Así lo explica el presidente de las Cortes, Enric Morera, en declaraciones a este diario.

O sea, que como los valencianos son el 10% del censo español, «si el Gobierno dedica 10.000 millones a inversiones, nos tocan 1.000. Y no podemos bajar ni un euro», agrega. Ese es el compromiso que pretende que asuman los cinco partidos presentes en el Palau dels Borja.

En 2016, por utilizar una referencia reciente, el Gobierno de Mariano Rajoy destinó algo más de 11.000 millones a inversiones descentralizadas. El territorio valenciano recibió menos de 880 millones (el 8%). Eso, según los presupuestos, porque la ejecución suele ser menor.

Morera va a plantear así una proposición no de ley de aprobación inmediata para llevarla al primer pleno del mes de abril. El contenido irá en la línea de lo expresado. El objetivo es que sea asumida por todos los grupos, pero, si no es posible (los problemas puedan estar sobre todo en el PP, que gobierna en Madrid), contempla que se tramite de forma ordinaria con el respaldo de solo una parte de la Cámara.

El argumento para poner encima de la mesa una iniciativa que condiciona la actuación en otro parlamento es la reforma del Estatut d'Autonomia pendiente desde 2011 pese a que ha sido tramitada hasta en tres ocasiones, una por cada uno de los tres últimos presidentes del Congreso: Jesús Posada, Patxi López y Ana Pastor.

Esta implica una modificación de la disposición adicional primera del Estatut para fijar que «la inversión del Estado en la Comunidad Valenciana, excluido el Fondo de Compensación Interterritorial, será equivalente al peso de la población de la C. Valenciana sobre el conjunto del Estado por un periodo de siete años». Lo mismo que ahora se va a plantear por vía de posible acuerdo unánime de los grupos. «Es hacerlo desde otra vía con los mismos efectos».

Andalucía y Cataluña tienen vigentes cláusulas de este tipo y, según el presidente de las Cortes, no les ha ido mal: «Se ha respetado bastante su aplicación».

En «sintonía» con Puig

La propuesta no surge de la nada. Morera (Compromís) asegura que escucha «el clamor» de los empresarios sobre la carencia de infraestructuras. Y, sí, «he tenido una conversación con Ximo Puig (PSPV), porque hay una gran sintonía y una gran preocupación de que los presupuestos nos vuelvan a marginar en las inversiones territorializadas», dice. El corredor mediterráneo, el tren de la costa o la agencia metropolitana de transportes son actuaciones que podrían estar mejor tratadas.

Con la iniciativa, la presidencia de las Cortes adquiere un papel más activo en la vida política del que ha tenido en el pasado. Su carga institucional reduce la lectura partidista que tendría la propuesta de realizarla el Consell.

La medida, de salir adelante, implicaría que los diputados de PP, PSOE, Ciudadanos o Podemos pudieran tener que romper la disciplina de voto, una rareza en la historia parlamentaria.

Morera, sin embargo, lo ve factible con un gobierno popular en minoría. «Los diputados deberían actuar como valencianos por encima de todo. Solo se podrán apoyar los presupuestos si se da la condición» exigida, sostiene. «Si no damos un paso más, estamos condenados». Habrá que ver el veredicto ahora de los partidos.

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