Debate abierto en el PP para el congreso regional que se celebrará el 1 y 2 de abril en València: reivindicar en los estatutos la gestión del Consell desde 1995, lo que supone poner en valor figuras como las de Eduardo Zaplana o Francisco Camps; y dejar a un lado el apellido «valencianista» en el marco del corpus ideológico de la formación. Dentro del paquete de enmiendas presentado por el senador benidormense Agustín Almodóbar Barceló figuran una en la que se propone que la adscripción ideológica del partido se ajuste a lo aprobado en el último congreso nacional y que se retiren las referencias incluidas en los estatutos regionales que definen al PP como «liberal, valencianista y centrado». Y otra, si cabe más jugosa, en la que apela a reivindicar en el preámbulo de los estatutos el modelo de «éxito» aplicado en la Generalitat desde 1995 hasta 2015 cuando la izquierda retornó al Palau, según refieren fuentes del PP sobre el texto de la enmienda registrada por el senador Almodóbar.

A falta de debate sobre el liderazgo en las filas populares una vez que ya se ha resuelto el refrendo a la opción de Isabel Bonig, el foco del congreso se centrará en la configuración de la nueva dirección -una lista que Bonig, como Rajoy, guardará bajo siete llaves hasta subir a la tribuna- y, sobre todo, en el camino ideológico que toma el PP. Las propuestas del senador Almodóbar -una decena, de acuerdo con estas fuentes- tienen enorme calado. El parlamentario benidormense, portavoz de Turismo de los populares en el Senado, quiere que en el preámbulo de los estatutos del PP se incluya una referencia a la historia reciente del partido. No hay referencias explícitas a ningún cargo popular. Pero se reivindica la gestión de la Generalitat desde 1995 -un periodo que incluye a los citados Zaplana y Camps pero también al condenado José Luis Olivas o a Alberto Fabra- y también en todos los grandes municipios de la Comunidad.

La enmienda del senador Almodóbar recuerda que el PP, conforme al relato que pretende introducir en la ponencia, fue «capaz» de colocar a la Comunidad en un lugar de relevancia «nacional e internacional» y plantea «consolidar» al partido como la fuerza «ganadora que que mejor ha defendido los intereses de nuestro territorio y de sus ciudadanos». Pide con todo hacerlo desde la «unidad», contando con todos los cargos y militantes, desde la «humildad» y con «honestidad», la única referencia que se hace en ese texto y absolutamente tangencial a los casos de corrupción que, junto a la gestión del Consell y de los alcaldes, marcó la labor del PP, especialmente, desde el año 2009 cuando se empezó a destapar la trama Gürtel. La alusión al pasado victorioso del PP entronca con otra enmienda del senador Pedro Agramunt que reclama un reconocimiento a la figura de Rita Barberá como presidenta de honor a título póstumo. La cúpula popular valora, en estos momentos, una fórmula para elogiar el papel de la alcaldesa de València durante 24 años.

La otra aportación de calado Almodóbar realiza al debate interno en las filas populares es la de acabar con una referencia, que se remonta a la época de Eduardo Zaplana, de reivindicar ideológicamente al PP como una formación de corte «valencianista», estrategia entonces para acabar de «comerse» a Unión Valenciana. Cabe recordar que el senador es sobrino de Zaplana. La propuesta del parlamentario alicantino -en choque directo con compromisarios de las otras dos provincias que reclaman un PP más «valencianista» e, incluso, traducir el nombre oficial del partido del castellano al valenciano- recoge que los estatutos se ajusten a los aprobados en el reciente congreso nacional del PP que definen a la organización como una formación «nacional» y de vocación «europeísta». «El PP ni es valenciano, ni aragonés, ni andaluz. Es Partido Popular», señalan estas fuentes sobre las enmiendas de Almodóbar que, entre otras propuestas, también solicita que únicamente se comuniqué al comité de derechos y garantías aquellos procedimientos judiciales que afecten a los dirigentes del PP en el ejercicio de su cargo.

Ayer fue presentada la ponencia social que se debatirá en el congreso. Apuesta por un plan especial de reducción de listas de espera en sanidad, garantía a las familias de una educación «en libertad», más ayudas a familias numerosas o la defensa de la custodia compartida, pero pasa de puntillas por aspectos polémicos. La próxima semana, los ponentes empezarán a valorar las enmiendas que acaban aceptando en los textos.