El decreto impulsado por la conselleria de Educación para regular el uso del valenciano en la administración autonómica ha sembrado diferencias internas dentro de Compromís, coalición formada por el Bloc, Iniciativa y Els Verds que sustenta al socialista Ximo Puig al frente del ejecutivo autonómico con el apoyo parlamentario de Podemos. Las discrepancias entre los socios de gobierno del PSPV se han dado en el uso del valenciano en escritos, actas, documentos o comunicaciones formales emitidas desde la Generalitat Valenciana así como en la lengua en la que tienen que estar programados los sistemas informáticos del Consell. La diferencia de criterios culmina con las alegaciones presentadas por el departamento de la vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra, líder de Iniciativa, al proyecto de decreto elaborado por su propio marca política -concretamente por la conselleria de Educación, dirigida por Vicent Marzà, militante del Bloc, para mostrar su desacuerdo en el obligado uso exclusivo del valenciano por parte de los cargos públicos autonómicos. Como Oltra, la conselleria de Sanidad, dirigida por la socialista Carmen Montón, también cuestiona la aplicación de la medida entre alguna de sus fundaciones.

El decreto que prepara la dirección General de Política Lingüística, dependiente de la conselleria de Educación, en relación con el uso institucional de las dos lenguas oficiales de la Comunidad Valenciana establece en su artículo 27, relativo a las intervenciones públicas, que las autoridades y los cargos directivos de la administración autonómica «en las intervenciones públicas que hagan por razón de su cargo han de utilizar el valenciano». La Conselleria que dirige Oltra, en las alegaciones firmadas por uno de sus altos cargos, rechaza esa pretensión y propone que las intervenciones públicas «de las autoridades y del personal al servicio de la administración tendrán que hacerse de forma normal y general en valeciano, sin que sea necesario expresarse preferentemente en valenciano». Entienden desde el departamento de la vicepresidenta y portavoz del Consell que, de forma específica, la portavocía de la Generalitat ha de adaptarse «a las circunstancias más que cualquier otra autoridad». Así, el área de Igualdad y Políticas Inclusivas pide que se cambie el «han de utilizar el valenciano» por «utilizarán el valenciano», un matiz aparentemente mínimo que pretende cambiar una manera formal con tono impositivo por otra con carácter de recomendación, mucho más cercana a la fórmula que plantea la Academia Valenciana de la Lengua (AVL), que insta a la modificación del decreto en una línea similar al eliminar la fórmula «han de utilizar el valenciano» para sustituirla por «procurarán hacer el máximo uso del valenciano en las intervenciones públicas que hagan en función de su cargo». Y es que después de la polémica generada con los decretos sobre plurilingüismo cualquier matiz se convierte en fundamental. En la práctica, Lo que plantea Oltra es dejar la situación como, más o menos, está ahora. Normalmente ella interviene en valenciano tras los plenos y luego se adapta al idioma en el que se realiza la pregunta.

Frente a la posición comedida de Oltra, la dirección de Comercio que dirige Natxo Costa -militante del Bloc- también ha alegado para pedir, precisamente en la línea de su compañero Marzà, más fórmulas igualitarias para el valenciano respecto al castellano por parte administración autonómica. Su departamento apuesta, por ejemplo, por elaborar rótulos de oficinas o indicadores internos en las dos lenguas aunque se trate de un área castellanoparlante, mientras que el decreto especifica que en estas áreas geográficas basta con rotular en castellano. Además, Costa reclama que estar en posesión del nivel de valenciano Mitjà sea un requisito para ser funcionario de cara al público.

El conflicto de la lengua tensionó ayer también el pleno de las Cortes. El portavoz de Cs, Alexis Marí, cuestionó el decreto de plurilingüismo al entender que «discrimina a una parte de la población» y «chantajea» a los que quieran tener más formación en inglés para que pasen «por el aro de estudiar más horas en valenciano». Marí puso notas al Consell y atribuyó al conseller de Educación sobresaliente en «inmersión lingüística encubierta», matrícula de honor en «seguimiento de la hoja de ruta del Bloc» y cum laude en «constitución del bodrio de los Països Catalans». Puig le replicó que el Consell «no impone nada ni defiende el proyecto de los Països Catalans». También la portavoz del PP en las Cortes, Isabel Bonig, criticó ayer el decreto y recriminó a Puig que «intente identificar al PP como un partido que ataca al valenciano».