El congreso nacional del PP le sirvió a Isabel Bonig para mantener la diana de sus ataques en uno de sus principales objetivos políticos: el desgaste del conseller de Educación, Vicent Marzà, a cuenta del conflicto de la concertada y del aprendizaje del valenciano en la escuela. La presidenta regional del PP, Isabel Bonig, aprovechó su intervención más importante en el cónclave que se celebra durante este fin de semana en la Caja Mágica de Madrid -diez minutos en la sala principal como coredactora de una de las ponencias- para intentar llevar de nuevo a la escena política de toda España su ataques a la gestión de la Generalitat en Educación.

En la intervención con la que se abrió la segunda jornada del cónclave, Bonig, una de las ponentes del documento con las propuestas sociales del PP, defendió su posición favorable a la libertad para que los padres elijan el centro educativo, en un claro respaldo a las tesis de los movimientos que defienden los centros concertados como alternativa a la pública; y la censura al sistema que propone el Consell de izquierdas para escoger la lengua vehicular en los colegios e institutos, en una carga de profundidad contra el decreto de plurilingüismo y la estrategia de Marzà, uno de los líderes de Compromís, para favorecer la normalización del valenciano.

La número uno regional de los populares, incluso, hizo una referencia directa durante esa intervención ante los compromisarios del PP de toda España a la labor del Consell en Educación. «Defendemos la libertad y el protagonismo de los padres a la hora de elegir libremente el colegio y la lengua en la que se enseña a sus hijos, algo que no ocurre, por ejemplo, en la Comunidad de la que vengo», soltó Bonig desde el escenario. El sentido de la posición que esgrimió Isabel Bonig en el debate de la ponencia social coincide, por ejemplo, con las aportaciones realizadas por Antonio Ardid, militante del PP de Alicante, en la línea de defender la equidad en el sistema educativo y, especialmente, la libertad de elección con un respaldo desde la administración tanto al sistema público como a la concertada.

No es la primera vez, en la última semana, que la presidenta regional del PP centra su discurso en avivar el conflicto con la lengua como trasfondo. El pasado lunes, de hecho, Bonig ya se reunió con Rafael Hernando, portavoz del PP en el Congreso, para que el asunto se pueda traducir en una iniciativa en el parlamento. Y el miércoles en las Cortes, los populares defendieron una propuesta -se quedaron solos al encontrar el rechazo de la izquierda y C's- en la que pedían diferenciar el valenciano del catalán, contra todos los criterios académicos y científicos. Ayer, durante el congreso del PP, también tocaron esa tecla con una enmienda, aceptada por los ponentes, para que el valenciano figurara como lengua oficial en la redacción definitiva de los documentos.

La dureza del discurso del PP contra la labor de Vicent Marzà en Educación contrasta, sin embargo, con la tibieza de los populares de la Comunidad a la hora de hacer frente a la ponencia oficial con las medidas sobre financiación autonómica, que abogaban en síntesis, a propuesta de Feijóo, por un modelo que extendía el maltrato que sufre la Generalitat en el reparto de los fondos del Estado. La dirección regional del PP retiró la enmienda en la que planteaba equilibrar el reparto per cápita, en el que el Consell recibe 250 euros menos por habitante. Lo sustituyó por una redacción genérica que recoge una referencia al «principio de igualdad» de los servicios públicos como punto clave de la financiación, pero sin admitir el expolio a la Comunidad.