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El PP de Alicante lleva a su congreso nacional la censura a los pactos de izquierdas

Los populares alicantinos se suman a una enmienda de la cúpula regional para reclamar la elección directa de alcaldes

El PP lleva al congreso nacional la censura política a los pactos de izquierdas

El PP de la provincia de Alicante ha encontrado en su congreso nacional, convocado en Madrid para mediados de febrero, el foro idóneo en este momento para dar aire a la batalla política contra los pactos de izquierdas en los ayuntamientos alicantinospactos de izquierdas, responsables de la pérdida de la mitad de su poder municipal y, muy especialmente, en las grandes ciudades tras los últimos comicios locales de mayo de 2015. Para ello, la formación que lidera José Císcar se ha cogido de la mano del partido regional, con Isabel Bonig Isabel Boniga la cabeza, y ha dado su aval a la enmienda presentada por el PP de la Comunidad a la ponencia del cónclave a celebrar dentro de tres semanas en la que se reclama la elección directa de alcaldes.

Los populares alicantinos -que han consensuado esta enmienda con las direcciones de Valencia y Castellón para que sea la regional quien la traslade oficialmente- tienen mucho que decir sobre este punto, uno de los principales de cuantas enmiendas se han presentado desde la formación provincial, entre ellas, un sistema interno de primarias, la limitación de los mandatos o la reducción de los aforamientos. Así, el congreso nacional de los populares, previsto entre el 10 y el 12 de febrero, servirá de altavoz para censurar los pactos de izquierdas que arrebataron al PP bastiones como Alicante, Torrevieja o Elche tras los comicios de 2015 y, como epílogo, el gobierno de Benissa hace sólo unos días. Este último movimiento político, que ha sentado como un tiro a los populares, se produjo la semana pasada y otorgó la alcaldía a Abel Cardona, de Reiniciem Benissa (formación ligada a Podemos) en un pacto con el PSPV y Compromís además del voto decisivo del edil de C's.

Cardona se hizo con el mando de la ciudad tras reproducir la la alianza de izquierdas que ya funcionaba en otros municipios del resto de la provincia. El voto del representante del partido naranja, Isidor Mollà, le dio la vara de mando y cambió el color político de una ciudad que llevaba gobernada 17 años consecutivos por uno de los principales asesores del presidente de la Diputación de Alicante, Juan Bautista Roselló. Tras la decisión de Roselló de dimitir de su cargo el pasado diciembre, el PP vio truncada su continuidad al frente del municipio debido a este pacto que ahora censuran a través de la enmienda que llevarán a Madrid.

El cambio de gobierno en Benissa se produjo prácticamente al tiempo que se fraguaba el de Almoradí, donde una moción de censura del PP con C's arrebató esta semana la alcaldía al PSPV y EU y puso al frente de la ciudad a la popular María Gómez. El propio José Císcar se encargó de destacar el pasado lunes, día en el que culminó la moción, que allí donde el PP ha sido la lista más votada «se trabaja en alcanzar acuerdos con Ciudadanos u otras formaciones». La de Almoradí ha sido la segunda moción de censura que se ha producido esta legislatura en la provincia tras la de Novelda, que dio la alcaldía al portavoz de UPyD, Armando Esteve, tras unirse esta formación al PP contra los socialistas. Asimismo, ha sido la primera llevada a cabo a través de un pacto entre PP y Ciudadanos.

La enmienda que los populares utilizarán para censurar en Madrid los pactos de izquierdas tiene un sentido únicamente político, ya que «de facto» es casi imposible que salga adelante. La aprobación de esta propuesta cuenta con la dificultad técnica de la mayoría cualificada que requiere el cambio de la Ley Orgánica de Régimen Electoral (LOREG), con la que no cuenta actualmente el Partido Popular en el Congreso.

Por ello, agitar en Madrid la batalla contra los acuerdos que dan alcaldías a cabezas de lista que no representan a la candidatura más votada se convertirá en un movimiento más para desprestigiar a los alcaldes surgidos de estas alianzas de izquierdas de cara a las elecciones municipales y autonómicas de 2019. El argumento de peso de los populares para censurar los acuerdos progresistas -ante los que han creado, incluso, la consigna «pactos de radicales»- es que permiten gobernar en los municipios a partidos que han recibido menos votos, adaptándose esa situación a otros casos autonómicos como el de la Comunidad Valenciana, donde el Pacte del Botànic entre el PSPV, Compromís y Podemos concedió el gobierno valenciano a formaciones que no fueron las más votadas.

El PP intenta blindar así uno de sus puntos fuertes en la escena política alicantina -y también autonómica- como es su poder cuantitativo: es el partido más votado pero sin embargo tiene un poder municipal limitado. La organización provincial tiene, además, un fuerte peso en Madrid a la hora de llevar sus enmiendas al congreso, tanto las presentadas por los compromisarios alicantinos como aquellas acordadas con la regional, que ha preparado un total de once. Se trata de la agrupación más numerosa en número de afiliados después de la de Madrid, por encima de las provincias de Valencia y Castellón. Al cónclave nacional de los populares le seguirá el regional, previsto para el primer fin de semana de abril.

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