Un ejército unido es el primer requisito para ganar una batalla. Ya lo sabía Julio César, que no consta que hubiera leído los consejos chinos de El arte de la guerra, de Sun Zi: «Quien es capaz de organizar un ejército unido saldrá victorioso». El presidente de la Generalitat tiene la semana que viene el primer capítulo de la batalla por una mejor financiación „el campo será la conferencia de presidentes autonómicos, convocada por Mariano Rajoy„ y, por ahora, cuenta con una unidad política sin fisuras.

Después de meses de trifulca dialéctica y parlamentaria por presupuestos, inversiones, política educativa o reformas sanitarias, la financiación vuelve a ser el elemento aglutinador. Se podría decir que el único. Se revivió ayer en el Palau de la Generalitat el espíritu del 6 de octubre de 2015, cuando la unanimidad de todos los partidos elevó a «histórico» el acuerdo por una reforma inmediata del sistema de financiación autonómica.

«Apoyar al presidente en este tema crucial es apoyar a los valencianos», afirmó ayer la presidenta del PPCV, Isabel Bonig, a la salida del despacho de Ximo Puig. El apoyo «sin fisuras», dijo, es gratuito, «sin pedir nada a cambio». si bien aprovechó para deslizar que populares y socialistas han de hablar más. Y puso como ejemplo los últimos acuerdos de Rajoy con el PSOE en el Congreso.

Bonig fue la primera en una jornada de entrevistas de Puig con los portavoces de todos los grupos parlamentarios. Por orden: Alexís Marí (Ciudadanos), Antonio Montiel (Podemos), Fran Ferri (Compromís) y Manolo Mata (PSPV). Recibió también al coordinador de EUPV, David Rodríguez, y cerró la ronda con la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra. Hubo matices para añadir algunos temas (refugiados, deuda histórica), pero ningún desmarque.

Entre medias, y con el mismo fin, Puig almorzó en el Palau con uno de sus predecesores, Eduardo Zaplana. También halló la complicidad del exministro popular por la financiación en este encuentro privado. El jefe del Consell busca en los expresidentes „la noche anterior acudió el socialista Joan Lerma„ implicación en la tarea pedagógica de concienciar en foros elevados sobre la «injusta» financiación valenciana. Zaplana, con buenos contactos en el ejecutivo de Rajoy, ofreció su apoyo a este especie de lobby, según pudo saber este periódico.

A Puig le queda Alberto Fabra. Tiene pendiente antes del martes una cita con él. Después vendrá la batalla de verdad.