El reencuentro del Aznar con los socios de AVE dio para tres horas largas (primero asistió a la Junta directiva de la entidad y luego a la almuerzo coloquio posterior) pero no desveló grandes incógnitas ni en su conferencia pública (no cobró por ella, aseguró AVE) ni después en la charla a puerta cerrada. Los empresarios volvieron a poner encima de la mesa reivindicaciones (financiación, corredor mediterráneo, inversiones, etc) y el presidente de la entidad, Vicente Boluda, advirtió del «desapego» que el ninguneo a estos asuntos podría generar en la CV. Aznar no rehuyó los temas, pero evitó pisar charcos. Reivindicó el impulso del Tren de Alta Velocidad y recordó que bajo su mandato se culminó la autovía a Madrid. No habló del PPCV ni de su sucesor Mariano Rajoy con el que acaba de romper. Su análisis se elevó al contexto internacional

Ahora bien, Aznar, presidente de la Fundación FAES, y todavía un referente para muchos populares, sí deslizó criticas al actual Gobierno durante su charla con su defensa a ultranza de la estabilidad presupuestaria y las reformas estructurales. «No son una opción sino un imperativo si se quiere dejar atrás la crisis y participar con éxito en la economía global», dijo en tono aleccionador.

Según Aznar es necesaria culminar la agenda reformista, algo que consideró complicado porque el gobierno actual está en minoría: «No puede ser el de elegir entre acuerdos o reformas porque necesitamos las dos». Aznar evocó su su propia experiencia en un gobierno sin mayoría: «Sé bien que gobernar no es fácil», indicó. Para Aznar no se puede acudir a la deuda para pagar el Estado de Bienestar o las pensiones ni tampoco recurrir a la subida de impuestos para reducir el déficit.