Era su primera aparición pública desde que a las puertas de la Navidad, el expresidente del Gobierno, José María Aznar, diera la espantada al comunicar por carta a Mariano Rajoy su renuncia a la presidencia de honor del PP . Y de ahí la expectación que levantó su visita a Valencia para celebrar un encuentro con la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE). Aznar llegó con tiempo, pero pasó de largo y sin hacer declaraciones a los periodistas que aguardaban su llegada en el hotel donde se desarrolló el acto: «¿Fundará usted un nuevo partido?». La pregunta quedó en el aire. Y es que Aznar tenía tan preparadas sus palabras como sus silencios.

De lo que sí habló delante de más de 70 empresarios fue de la Comunidad Valenciana y lo hizo para minimizar los casos de corrupción y poner en valor los gobiernos del PP responsables de un «proyecto de modernización y crecimiento» que «es mucho más, mucho mejor y ajustado a la realidad que los retratos tenebristas que se fabrican interesadamente y que son parciales o directamente falsos» y que «preteden ocultar una clara historia de éxitos».

Para Aznar ese «éxito» tiene nombres y apellidos, protagonistas «que ya no se encuentran entre nosotros y merecen ser recordados», en supuesta alusión a la fallecida exalcaldesa de Valencia, Rita Barberá, con quien el líder popular mantuvo siempre un vínculo estrecho. No hubo referencia alguna a la actual dirección del PPCV, qu quedó al margen de la visita de Aznar, pero sí cierta distancia con respecto al discurso del arrepentimiento por los casos de corrupción: «Lo que se haya hecho mal, que lo habrá, no es exclusivo de la Comunidad», sentenció.

Dicho esto, desgranó las virtudes de la Comunidad Valenciana, una autonomía volcada en integrar y cohesionar que ha desarollado «sin fracturas internas sus innegables singularidades culturales y linguísticas». Contropuso este modelo con el que cultivan «los particularismos» y alabó que la Comunidad no haya caído, como otros territorios (no citó a Cataluña, pero la referencia era evidente) en la tentación del radicalismo o en el modelo de quienes «transforma el derecho a la diferenica en diferenica de derechos». En este sentido, alertó del riesgo de que la CV abandone sus posición para «imitar a otras peores». Así, consideró clave que se recupere su posición de liderazgo, aunque admitió que para ello era necesario «compromisos firmes y renovados». Y citó uno clave y muy reivindicado por el auditorio: el cambio en modelo de financiación.

Según Aznar se necesita un sistema que no deje permanentemente infrafinanciado a nadie y evitar el de 2009 (pactado bajo gobierno de Zapatero) «pensado para beneficiar a unos en contra de otros». Aznar reivindicó el que se aprobó bajo su mandato en 2001, el conocido como modelo Zaplana. La defensa de este sistema chocó a más de uno de los presentes ya que las liquidaciones han venido demostrando que tanto antes como ahora la CV salía mal parada en el reparto del dinero.