Los interinos de la enseñanza han ganado la batalla. Lo reconoció el propio conseller Vicent Marzà hace unas semanas. Y ahora el Síndic de Comptes revela la traducción en euros de la victoria: seis millones. Son los que la conselleria de Educación ha estimado que costará en 2017 el pago de los sexenios por primera vez a este colectivo docente.

La auditoría de las cuentas de la Generalitat Valenciana de 2015 elaborada por el Síndic de Comptes recoge este dato porque ese año se suscitó el conflicto. El Consell de Alberto Fabra estipuló a finales de 2014 que el citado complemento retributivo, relacionado con la formación permanente y la mejora de la calidad de la enseñanza, solo se pagaría a los funcionarios de carrera. El bipartito reafirmó la medida un año después, de cara a 2016. Sin embargo, los tribunales han dado la razón a los interinos. El coste del reconocimiento de este derecho no está recogido en las cuentas de 2015. De ahí, el comentario al respecto que incluye el Síndic. Al final de 2015, el número de interinos en la enseñanza era de 12.033, frente a 40.544 funcionarios de carrera y 1.245 laborales.

El informe previene, por otra parte, de que la información sobre los sexenios del personal que maneja la conselleria «no es fiable».

Y esta no es la única deficiencia encontrada en la gestión de las nóminas. La Generalitat ha tenido que implantar un control para verificar las nóminas superiores a 5.000 euros mensuales antes de que se paguen. Lo ha hecho después de que un profesor viera cómo en octubre de 2015 le pagaban 451.637 euros de más en concepto de atrasos de sexenios sin que nadie detectara el error. Fue él quien devolvió la cantidad cuatro días después.

La Sindicatura señala asimismo en el apartado del personal de la función pública valenciana que existían 2.373 plazas vacantes (de un total de 116.132) al cierre de 2015. Las consellerias de Agricultura y Economía, y Presidencia, son las que acumulan mayor porcentaje de puestos sin cubrir.

Grandes infraestructuras

No solo el remate (aparcado) del Ágora de la Ciudad de las Artes y las Ciencias (Cacsa) de Valencia tiene sus renglones de gloria en el informe de la Sindicatura. También el del Palau de les Arts. El documento destapa que el coliseo pagó 415.409 euros en 2015 por la «sustitución de la cubierta de aluminio».

El teatro de ópera precisó ayer que esta intervención en el penacho que remata el edificio, pagada finalmente por el seguro de Les Arts, es diferente aunque coincidente en el tiempo con la restitución del trencadís que recubre el edificio a causa de los desprendimientos que se produjeron. De esta se ocupó la Ciudad de las Artes y las Ciencias y la pagaron Santiago Calatrava y las empresas constructoras. Placas de aluminio de esta «pluma» que culmina el cascarón se desprendieron en enero de 2015. Los bomberos las fijaron con hilo de acero y recomendaron una actuación de urgencia. En mayo se reprodujeron los problemas en otra zona y fue entonces cuando se inició el procedimiento para el recambio. En opinión del Síndic de Comptes, el contrato «se formalizó con una demora excesiva en relación a los informes técnicos que obran en el expediente, a la vista del riesgo que representaba una situación de emergencia».