El pleno de las Cortes aprobó ayer de forma definitiva la Ley de Medidas Fiscales, de Gestión Administrativa y Financiera -conocida como Ley de Acompañamiento- a los presupuestos de la Generalitat Valenciana para 2017, con el voto a favor del PSPV, Compromís y Podemos y en contra del PP y Ciudadanos. Durante el debate en la Comisión de Economía se dio luz verde a 26 enmiendas -una conjunta del PSPV, Compromís, Ciudadanos y Podemos; dos de la mayoría de izquierdas; otras dos del PP; 11 del PSPV y Compromís; y diez de Podemos-, más otras nueve de aproximación que afectaban a un total de 34 propuestas.

La Ley de Acompañamiento, entre otras medidas, incorpora una nueva escala autonómica del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF), que beneficia a las rentas más bajas y sube el tipo de gravamen a las de más de 30.000 euros anuales. De esta forma, y tal y como se aprobó en comisión, las personas que cobran hasta 12.450 euros tributarán un 11%. Por su parte, se aumenta la presión fiscal para las rentas de más de 53.000 euros anuales. Se calcula que unos 60.000 valencianos pasarán a pagar algo más de IRPF, mientras que 1,6 millones pasarán a pagar menos. Por el PSPV, su síndic, Manolo Mata, destacó que «la ley tiene en cuenta quiénes han sido los paganos de las crisis, las clases medias y sectores productivos».

Desde Compromís, Mireia Mollà subrayó que la Ley de Acompañamiento se ha mejorado durante el trámite parlamentario y aseguró que esta norma «pone punto y final a la verdadera anomalía fiscal que estábamos viviendo en las épocas del PP», que «durante 20 años cargó sobre las espaldas de los que menos tienen el estado de bienestar y benefició a las rentas más altas». Por su parte, el diputado popular Rubén Ibáñez, quien ha criticado que solo se aprobaron dos enmiendas del PP en comisión, ha subrayado que esta ley «nace mal, viciada absolutamente de todos los informes, según el Consell Jurídic Consultiu», lo que ha calificado de una «tomadura de pelo». El síndic de Podemos, Antonio Montiel, replicó que su grupo ha hecho «un esfuerzo ingente» para la reforma fiscal, lo que ha hecho «con expertos y profesionales». A su juicio, era una medida «imprescindible».

Por otra parte, también arrancó el debate de los presupuestos de la Generalitat para 2017, que culminará en principio durante la jornada de mañana miércoles. Y se inició con bronca. El PP denunció «el sectarismo» del presupuesto de la Generalitat para 2017, así como el «veto» del Consell a varias de sus enmiendas, mientras el PSPV defendió que se ha tratado de hacer unas cuentas «justas» y acusó al PP de buscar «la bronca» y la «confrontación». El popular Jorge Bellver calificó las cuentas autonómicas de «puro sectarismo político» por eliminar ayudas a asociaciones como Cruz Roja, Cáritas, Lo Rat Penat, la Real Academia de la Cultura Valenciana, o las asociaciones de peñas taurinas y de Bous al Carrer. También criticó que se destinen 50 millones a contratos de publicidad institucional, mientras solo se dota con 40 millones el fondo de cooperación para colaborar con los pueblos de la Comunidad.