Los movimientos precongresuales que vive Podemos conforman ya con mucha claridad los bloques que medirán sus fuerzas en la asamblea decisiva de principios de 2017 que determinará el camino y el engranaje interno que adoptará la formación morada en los próximos años.

Los preparativos van a resultar cruciales en el resultado del pulso que dirimen las dos corrientes mayoritarias, la del secretario general, Pablo Iglesias, y la de su número dos, Íñigo Errejón.

Y la facción autóctona de Podemos no es ajena a estos movimientos. El secretario general en la Comunidad Valenciana, Antonio Montiel, y su equipo más cercano, los diputados en las Corts Fabiola Meco, Marc Pallarés y David Torres, ya han tomado partido y han estampado su firma en un documento que exige más democracia interna y cuenta con 300 cargos adheridos, entre ellos las diputadas valencianas en el Congreso Àngela Ballester y Rosana Pastor. También los miembros del consejo autonómico, Emilia Noguera, Sergi González, Vicent Palmer, Juan Carlos Pérez, Blanca Jiménez, Violeta Lamanuzzi, Lola Bañón y Pilar Dasí.

En esencia, Errejón y sus seguidores se oponen al sistema de votación que promueve Iglesias, el de unir la votación de personas y programas, porque creen que arrinconaría al número dos y dispararía la opción de supremacía interna del líder.

Las recientes visitas de Errejón a Valencia, en las que Montiel y su equipo le han secundado, y su perfil político y estilo más moderado acercan a Montiel a la línea más pactista defendida por Errejón, también partidario del afianzamiento de la formación en las instituciones y no tanto de ganar la calle como defiende Iglesias.

Pero el líder valenciano nunca se había posicionado en el pulso interno. Hasta ahora. Los firmantes reclaman que en la próxima asamblea ciudadana de Podemos, el conocido Vistalegre II, se voten primero los documentos políticos y después las listas para renovar la dirección, lo contrario de lo que plantea Pablo Iglesias, que quiere unir ambas, lo que reforzaría sus posiciones. Pero los críticos con Iglesias consideran que si ganan las tesis del secretario general se puede producir una involución democrática.

Ninguno de los referentes críticos con Montiel en el ámbito autonómico figura entre los firmantes. El frente pablista de Podemos en la Comunidad Valenciana, en el que se integran los diputados Sandra Mínguez, Antonio Estañ, César Jiménez, Beatriz Gascó o Cristina Cabedo, busca su momento para dar batalla por el control de la formación en la Comunitat Valenciana frente a Montiel, que intentará mantenerse al frente de la secretaría general. El lema del manifiesto suscrito por el sector errejonista lleva por nombre Recuperar la ilusión. Democracia para ganar.

El secretario general negó a preguntas de este diario que en su formación existan dos bloques antagónicos. «Lo bueno que tiene este partido es que es coral y plural, yo a veces coincido con Íñigo y otras con Pablo», sostuvo, y lamentó el reduccionismo que se usa a su juicio para explicar los pulsos internos en Podemos.

Antonio Montiel añadió que prefiere debatir primero sobre las ideas y luego sobre las personas.