El portavoz del grupo popular, Carlos Castillo, presentó ayer las cuentas del año que viene en la más absoluta soledad de su grupo. Ningún diputado del PP, ni el presidente de la institución, César Sánchez -que ayer no acudió al Palacio Provincial aunque su agenda estaba vacía- estuvieron junto al también vicepresidente en la presentación de uno de los proyectos más importantes para una institución pública, que se someterá a pleno el próximo día 13. Objetivamente no hubiera desentonado la presencia, por ejemplo, del diputado de Hacienda, quien presidirá la comisión del próximo miércoles donde uno de los puntos previstos es la aprobación provisional de los ingresos y gastos del presupuesto de 2017.

Pero la guerra entre los vicepresidentes, enconada especialmente entre Castillo y el diputado de Hacienda, Alejandro Morant, no parece dar mucho margen para juntar a ambos dirigentes en la misma mesa. Sin embargo, Castillo -próximo al presidente del PP de Alicante, José Císcar- sí estuvo arropado por miembros de la cúpula del partido, que envió a ese acto al vicesecretario de organización y número tres de la ejecutiva provincial, Rafael Candela.

Bajo este detalle, que no pasó desapercibido para algunos grupos de la oposición, Compromís emitió ayer un comunicado de prensa en el que indicó que las cuentas futuras de la Diputación de Alicante son «una cesión del presidente, César Sánchez, ante su portavoz Carlos Castillo, representante del núcleo duro del partido y quien presentó sus presupuestos en la más absoluta soledad».