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El Consell ignora a Ferraz y vota contra el déficit del 0,6% junto a Cataluña y Baleares

La gestora del PSOE trató de convencer sin éxito a Soler para que se abstuviera junto al resto de consejeros socialistas

El Consell ignora a Ferraz y vota contra el déficit del 0,6% junto a Cataluña y Baleares

El Ejecutivo que preside el socialista Ximo Puig aplicó ayer una suerte de 'no es no' al Gobierno de Rajoy al protagonizar junto con Baleares y Cataluña los únicos votos en contra de las comunidades al objetivo de déficit público para 2017. Con su postura y tal como avanzó ayer este periódico, los socialistas valencianos se desmarcan del acuerdo que la gestora del PSOE alcanzó con el ministro de Hacienda, Cristobal Montoro, y que se tradujo en la consigna a los consejeros socialistas de Hacienda de que se abstuvieran en la votación del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF).

Por la mañana, Ferraz había convocado a los consejeros a una reunión de partido para fijar una postura común de cara a la cita posterior con el Gobierno. Según las fuentes consultadas, el titular de Hacienda, Vicent Soler, expresó allí mismo sus dudas de que la abstención fuera el camino correcto. Aunque algunos creían haberle convencido, el conseller, en contacto con el presidente Ximo Puig, se marchó directo desde Ferraz al CPFF (donde acudió con todo su equipo) con el propósito de rechazar la oferta del Gobierno: un déficit autonómico del 0,6% para 2017. Esto es, apenas un punto más del objetivo con el que prácticamente a martillazos se han cuadrado los prespuestos de la Generalitat para el año próximo.

Cien millones más de gasto

El punto porcentual dará un margen de 100 millones más de gasto al Ejecutivo, un pequeño desahogo, a efectos de tesorería, pero tan solo una tirita incapaz de solucionar la hemorragia de la infrafinanciación. Soler, además, no encontró ningún motivo adicional para convertir su no en abstención en una reunión que copresidieron Soraya Sáénz de Santamaría y Montoro. Su petición de recuperar el interés cero del FLA y establecer un déficit asimétrico (con más margen de gasto para la Comunitat por su precaria situación) cayó en saco roto. No hubo ningún guiño. Por si esto fuera poco, la abstención habría desencadenado una crisis en el seno del Consell, algo que Puig no está dispuesto a permitir, máxime en un asunto en el que está comprometido.

Compromís, el socio de Gobierno, ya había dejado claro el día anterior que no iba a permitir algo diferente al no. Los ánimos además ya están caldeados por el papel de Puig en la crisis que acabó con la salida de Pedro Sánchez y la abstención a la investidura Rajoy. La conclusión tras cuatro horas de reunión fue una votación con 8 votos a favor, seis abstenciones y tres en contra.

El no de Cataluña estaba cantado, por lo que el voto discordante más llamativo fue el de Baleares y la Comunitat, las únicas comunidades presididas por socialistas que se desmarcaron del pacto. En un principio Ferraz había exigido el 0,7% para respaldar al Gobierno. Finalmente accedió a la abstención al ampliarse el acuerdo a la subida del salario mínimo interprofesional, un acuerdo económico de más calado.

La otra batalla de Soler fue la relativa a la exigencia de activar ya el debate sobre el cambio del modelo de financiación. Armado con el acuerdo unánime de las Corts del día anterior, el titular de Hacienda reclamó que se convoque ya a los expertos, una petición a la que se sumó Baleares. Según fuentes conocedoras de la reunión, Soler exhibió el papel con el acuerdo del día anterior y subrayó ante la vicepresidenta que tenía el respaldo de su propio partido en Valencia.

Las citadas fuentes indicaron que la delegacion valenciana presida por Soler fue una de las más guerreras y participativas durante la reunión, tanto en los trabajos preparatorios de la mañana (con presencia de las secretarias autonomias Maria José Mira y Clara Ferrando) como los de la tarde.

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