La duras críticas que ha lanzado el vicepresidente de la Diputación de Alicante, Alejandro Morant, en su Facebook sobre los que «maltrataron» a la exalcaldesa de Valencia y senadora, Rita Barberá, y el duro lenguaje usado incluso contra «algunos compañeros» del partido, sobre los que dijo que se podían «vomitar pestes», han rebotado con distorsión en el seno del Partido Popular de la provincia de Alicante. Desde esta formación, varias voces destacaron ayer que no se entiende el viraje de Morant ahora, después de haber manifestado en otros escritos y otros foros opiniones contrarias a las vertidas recientemente tras la muerte de Barberá.

Fuentes de la dirección del PP provincial señalaron que las líneas rojas marcadas por el PP de Alicante salieron de una convención en Benidorm y que el único foro adecuado para cambiarlas es esperar al próximo congreso provincial. Mientras tanto, «las lineas son las que son», indicaron las citadas fuentes.

El vicepresidente tercero de la Diputación, responsable del área de Hacienda y alcalde de Busot por el PP, escribió hace dos años en su muro de Facebook que se sentía avergonzado por las -en su día- últimas informaciones sobre corrupción vinculadas al PP. El mismo día que se destapó el caso Púnica y se supo de la detención de varios cargos del partido, entre ellos del número dos de Esperanza Aguirre, Francisco Granados y otros alcaldes del PP de municipios de Madrid, el diputado alicantino con la lengua más afilada de todo Facebook dijo no entender «cómo habíamos llegado a ese punto». «Aún creyendo en la presunción de inocencia, esto ya duele», indicó el 27 de octubre de 2014. «Limpiemos el tajo y empecemos desde cero», añadió. En el mismo día, en otro texto, destacó que «la regeneración se empieza desde arriba» y pidió que se fueran «los sinvergüenzas y aprovechaos del PP». Estas manifestaciones de Morant ya corrían ayer por el partido, lo que hizo que en la formación se preguntaran por el cambio de postura sobre la línea roja marcada por Alicante.

Alejandro Morant se despachó en su Facebook mordiéndose muy poco la lengua el mismo día que falleció Rita Barberá. Sin citar a ningún compañero, criticó duramente a aquellos que han defendido la línea roja marcada por el partido a nivel autonómico y provincial «que dejaba tirados en la cuneta a mis/nuestros compañeros» y que concretaba que un cargo público tendría que abandonar su puesto una vez fuera imputado. Son las famosas líneas rojas del PPCV que impulsó el expresidente de la Generalitat, Alberto Fabra, tras los numerosos casos por corrupción que afectaron al Partido Popular de la Comunidad y que en la provincia de Alicante fueron más allá con su presidente, José Císcar, con un acuerdo surgido de la convención provincial de Benidorm en la que se suscribieron estas líneas rojas que tanto criticaron anteriores dirigentes políticos como la exalcaldesa de Alicante, Sonia Castedo.

Morant también dijo que hay días «en los que tengo que contar hasta 1.000 para no llamar a alguien hijo de puta... hoy voy por 2.000 y sigo con ganas de llamárselo a unos cuantos que no respetan ni a un ser humano. Pero hoy no daré carnaza a la tropa de orcos que han fustigado, perseguido, maltratado y vilipendiado a una señora por 1.000 putos euros». El diputado pidió ayer al PP que abra el debate sobre la ampliación de las líneas rojas de la formación y admitió que su lenguaje en Facebook fue «brusco» aunque fuera «fruto de la indignación». Para el vicepresidente de la institución provincial «hablo con total libertad y digo lo que pienso en mi Facebook» porque la red social «la tengo a modo personal y ahí soy una persona más», si bien considera que su lenguaje, como el uso del insulto «hijos de puta», no fue adecuado.

Por su parte, el presidente de la Diputación, César Sánchez, sostuvo que no iba a hacer declaraciones sobre «opiniones que se enmarcan en la línea de lo puramente personal», dijo.