Y una vez que finalice el congreso regional del PP, llegará el momento -junio o julio- de los provinciales, citas muy importantes en el entramado organizativo de los populares. La posición de la dirección autonómica que encabeza Isabel Bonig, una vez que se consolide el liderazgo de la exconsellera en ese cónclave regional, es la de cerrar el debate en las estructuras provinciales para apuntalar el proyecto con el que intentará reconquistar la Generalitat en 2019. En este sentido, la intención de la cúpula popular autonómica es respaldar la continuidad de Javier Moliner en Castellón, de Vicente Betoret en Valencia y, si así lo desea y no se manifiesta en contra de esa posibilidad, de José Císcar en Alicante.

El actual presidente provincial de los populares es una de las personas de máxima confianza de Isabel Bonig. No hay decisión importante que se tome en el PP de la Comunidad Valenciana que Bonig no acabe consultado con Císcar. La cuestión es que en Alicante la situación no es tan sencilla como en Castellón, con un presidente de la Diputación que ya ejerce al frente del PP; ni en Valencia, territorio en el que la formación afronta una dolorosa reconstrucción tras la etapa de Alfonso Rus y Rita Barberá. En la provincia, Císcar tiene que lidiar con la figura de César Sánchez, que aunque ahora desdibujada, está al frente de la institución provincial y es el candidato que algunos dirigentes más jóvenes del PP quieren lanzar controlar el partido.