El acto que organizó ayer el grupo socialista de la Diputación estuvo marcado por un despliegue de cargos del partido en la provincia. Acudió un nutrido grupo de alcaldes: el de Alicante, Gabriel Echávarri (que se marchó a mitad de la jornada por compromisos municipales); el de Elche, Carlos González; el de Alcoy, Toni Francés; el de Xàbia y a la sazón portavoz socialista en la Diputación, José Francisco Chulvi; el de Elda, Rubén Alfaro; el de Sant Joan, Jaime Albero... También asistieron portavoces del PSOE en la oposición, diputados provinciales y parlamentarios autonómicos. Entre ellos, David Cerdán, foco ayer de muchas miradas. Pero, ¿por qué?

Por el golpe sobre la mesa que han dado 35 militantes y simpatizantes socialistas de la agrupación socialista de Aspe, el municipio en el que reside el secretario provincial. Tal y como adelantó este diario en su edición de ayer, una treintena de afiliados de la localidad quieren declarar como persona «non grata» a los dirigentes valencianos del comité federal del PSOE que avalaron la abstención socialista en el Congreso para facilitar un gobierno del PP: José Muñoz (miembro de la gestora), Inmaculada Rodríguez-Piñero, Joan Lerma, Alfred Boix, Ciprià Císcar, Toñi Serna, Vicent Sarrià, Empar Navarro, Ángel Franco y Ximo Puig. Varios cargos socialistas mostraron ayer en privado su profundo malestar con esa decisión de una parte de las bases.