Con un tono que evidencia que la guerra entre el Consell y la Diputación de Alicante está en modo «pause», el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, se mostró ayer dispuesto a «hablar» para negociar con la institución provincial la gestión de las competencias sanitarias y en materia de bienestar social que asume el organismo alicantino en el Hogar Provincial, el centro de salud mental Doctor Esquerdo, el Instituto de la Familia Pedro Herrero y con el servicio de teleasistencia, y por las que reclama al gobierno autonómico 70 millones de euros.
La Diputación de Alicante aprobó el miércoles exigir a la Generalitat la deuda social de los años 2014 a 2016 por competencias impropias en materia sanitaria y de bienestar social, un problema que para Puig «ya viene de tiempo», por lo que se abrió a buscar soluciones. «Las diputaciones tienen que hacer sus competencias y nosotros las nuestras», sentenció el jefe del Consell. Por ello, dijo no entender las «respuestas agresivas» de la Diputación cuando la Generalitat ha planteado los decretos de coordinación como ha ocurrido en materia turística y deportiva. «Nosotros tenemos que cumplir con nuestra competencias, entre ellas la Sanidad, la Educación y los Servicios Sociales», recalcó el presidente citando, por tanto, las competencias a las que hace frente la Diputación, que gasta sólo en el Hogar Provincial más de diez millones de euros anuales.
Lejos de buscar confrontación, apostó por buscar «fórmulas de traspaso y de financiación» de esas competencias. Estas manifestaciones las realizó tras la inauguración en Alicante de la feria Focus Pyme y Emprendimiento, donde fue preguntado por los periodistas sobre la reunión que el presidente de la Diputación, César Sánchez, ha cerrado con la vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra, para negociar el traspaso de competencias en bienestar social en la que sería la primera cita oficial entre la cúpula del Consell y el mandatario alicantino. Quitó hierro al hecho de que su número dos se reúna con César Sánchez antes que él y dijo que su relación de comunicación con el presidente de la Diputación de Alicante está a día de hoy «normalizada».
