Cinco millones de euros. Esa es la diferencia respecto a lo que propusieron los expertos del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) en cuanto a lo que debería costar la nueva Ràdio Televisió Valenciana. Son cinco millones de más que desafían la alargada sombra del siempre vigilante ministro Cristóbal Montoro, quien actualmente mantiene un pulso con el Ejecutivo valenciano a cuenta de la reapertura de la televisión. Esa presión la sienten también en el Consell pero, como explicó ayer el conseller de Hacienda, Vicent Soler, no les va afectar a la hora de confeccionar sus cuentas. «Sería perder autonomía financiera y política», indicó.

Así, la Corporación Valenciana de Medios de Comunicación (CVMC), la nueva RTVV aún apagada, tiene consignada una partida de 55 millones, que actualmente están adscritos a la sección 20 (gastos diversos) a la espera de que se cree el ente. Cuando finalmente haya nacido, el presupuesto pasará a depender de Presidencia. Con esa cantidad se pretende «poner en uso el servicio público, iniciar la recuperación del sector audivisual y la modernización de los recursos y equipos», que después de tres años sin ver la luz se han quedado obsoletos. A día de hoy hay asignados 29 millones que, como informaron en Presidencia, se espera que se puedan invertir en la televisión en pruebas antes de que finalice el año.

El pasado mes de mayo el IVIE extrajo la media de gasto por habitante de las tres televisiones autonómicas con menor coste (Madrid, Asturias y Castilla-León, excluida Murcia) para calcular cuánto debería costar la valenciana. «El presupuesto no debería superar los 50 millones de euros al año», señalaron entonces. Hace pocas semanas, la vicepresidenta Mónica Oltra defendió que se va a invertir «lo que haga falta» en la nueva televisión.

La eterna liquidación

Paralelamente al parto, todavía hoy se asiste a la muerte asistida de la anterior RTVV, cuatro años después de iniciarse la liquidación. En los presupuestos de 2017 se contemplan 11,7 millones para gastos pendientes antes de su desaparición total. En concreto, 519.000 euros irán a parar al ente de RTVV, creado un año antes del cierre, mientras que 11,2 millones serán para RTVV SAU, gestada cuando fundió a negro. Aún hoy se contemplan 1,9 millones de euros para el capítulo de personal. Según apuntaron fuentes consultadas, se trata de una partida para posibles pleitos con extrabajadores, aunque desligados del ERE.

No se sabe lo que tardará en terminar el entierro, aunque se prevé que el del ente RTVV sea pronto. La SAU tardará un poco más, y tendrá que traspasar sus activos a la nueva corporación. En los presupuestos de 2016 ya se incluyeron 42 millones para liquidar la empresa. En total, cerca de 54 millones, casi los mismos que tendrá el año que viene.