La Fiscalía Anticorrupción ha solicitado a través del Juzgado de Instrucción 21 de Valencia una petición de información dirigida al director del centro penitenciario de Picassent para que informe sobre «cualquier tipo de dispositivo al que hayan tenido acceso» el empresario Augusto César Tauroni y el exconseller Rafael Blasco, condenados por el desvío de ayudas a la cooperación. El Ministerio Público reclama a los responsables penitenciarios información sobre cualquier «teléfono, tablet, "smartphone" u ordenador con acceso a wifi» que hayan podido utilizar ambos condenados y que se remita el dispositivo al juzgado para que sea analizado por expertos, según confirman a INFORMACIÓN fuentes conocedoras de la petición.

Tanto el Juzgado de Instrucción 21 como la Fiscalía no habían sido informados de este incidente que se produjo el pasado mes de junio, adelantado por INFORMACIÓN en su edición del pasado domingo. Una información que sería relevante en la instrucción de las dos piezas separadas que aún investigan el desvío de fondos para un hospital en Haití (que nunca se construyó) o de ayudas previstas para Perú, Guinea y Tailandia que tampoco llegaron a sus legales destinatarios.

Desde la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias niegan la mayor. «No se puede informar de nada porque no hay nada de qué informar. No es cierto nada de lo que se ha publicado», aseguraron a este periódico fuentes del área que depende del Ministerio de Interior. Sin embargo, las mismas fuentes admitieron a la agencia Europa Press que se ha abierto una investigación a otro interno por un mal uso de un ordenador.

El exconseller y exsíndic del PP, Rafael Blasco, también aprovechó su videoconferencia en la comisión en las Cortes -que investiga las adjudicaciones de residencias- para negar haber tenido acceso a un teléfono móvil, antes de que nadie le preguntara. «Estar en la cárcel limita mucho estar bien informado y al tanto de lo que sucede», aseguró en un breve parlamento introductorio, con una actitud muy a portagayola, como hacen los toreros cuando esperan de rodillas al toro frente al toril.

A pesar de sus «limitaciones», Blasco demostró estar muy bien informado de la actualidad. «Soy un preso como cualquier otro preso. No he dispuesto en ningún momento de ningún móvil ni directa ni indirectamente, ni he sido auxiliar de biblioteca, como se decía en una información para precalentar esta comparecencia», aseguró, en referencia a la publicación adelantada por INFORMACIÓN. Blasco volvió a aludir al incidente cuando respondía al diputado César Jiménez (Podemos) sobre las adjudicaciones de las residencias. «En el "chabolo" que me toca nunca he tenido acceso a teléfono», aseguró completamente mimetizado con el lenguaje carcelario que bautiza a las celdas como «chabolos». «También me registran los libros que tengo y no he tenido nunca acceso a un móvil [en alusión al escondite utilizado para guardar el dispositivo que Tauroni asumió como suyo]. No tengo un trato excepcional e incluso he recibido notas meritorias por mi proyección ejemplar», defendió Rafael Blasco. Por último, fuentes cercanas al empresario Augusto César Tauroni también negaron que al empresario le hubieran requisado un teléfono escondido en el interior del centro penitenciario, aunque admitieron que podría haber tenido acceso a un ordenador desde la biblioteca de la cárcel.