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La Papeleta

Pere Rostoll

Política en estado puro

En su época como portavoz de Hacienda del PSPV en las Cortes con Joan Lerma de presidente de la Generalitat, un histórico del socialismo valenciano como Segundo Bru acuñó una frase de aquellas que quedaran para siempre en el libro de sesiones de las Cortes: «El presupuesto de la Generalitat es la política en estado puro». Atendiendo a esa expresión, desde luego, entramos en una de esas etapas que son claves durante el año: la semana en la que el gobierno de izquierdas que comparten los socialistas y Compromís tiene que poner encima de la mesa sus cuentas para el año 2017. Los segundos presupuestos del Ejecutivo liderado por el tándem que forman Ximo Puig y Mónica Oltra. Salvo cambios de última hora, el conseller de Hacienda, Vicent Soler, entregará el próximo viernes al presidente de las Cortes, Enric Morera, el documento informático con el detalle de todas esas partidas. Estamos, por tanto, en la semana del dinero... De que se desvele el dinero que se destinará a Sanidad, a Educación, a Servicios Sociales...

Dejando a un lado que los consellers del PSPV y Compromís han llegado a un acuerdo sobre el reparto de los fondos, la aprobación de las líneas maestras de la gestión del Consell para el año próximo deberá sortear dos duros obstáculos. Tendrá que abordar un panorama de asfixia económica que sólo se puede solucionar con una reforma del modelo de financiación. Un sistema que, actualmente, expolia a la Comunidad más de 1.300 millones al año para equipararse a la media del resto de gobiernos autonómicos y que, encima, se agravará todavía más al tener que afrontar, de nuevo, el pago de interesés por los préstamos del rescate, una carga que podría alcanzar los 140 millones de euros.

Y, a la par, buscar el necesario respaldo de los diputados de Podemos en las Cortes, a los que les ha venido como anillo al dedo la decisión de Ximo Puig de avalar esa abstención en el Congreso que, al final, facilita el regreso de Mariano Rajoy a La Moncloa. Podemos mantendrá su apoyo al Pacte del Botànic pero ese movimiento del jefe del Consell les permitirá cobrarse el peaje: elevar el listón de la negociación para sacar más en los presupuestos y lograr una visibilidad que la formación liderada por Antonio Montiel ansiaba pero que hasta ahora, merced a su decisión de quedarse al margen del gobierno para dar su apoyo desde el parlamento, no había logrado. La actividad del conseller Vicent Soler durante los últimos días para tratar de llegar a un acuerdo ha llegado al punto de que, incluso, las negociaciones con los morados se han desarrollado hasta en sesión vespertina dominical, la misma tarde del comité federal del PSOE.

A falta de los últimos detalles, los presupuestos de la Generalitat para 2017 van a suponer un giro en la gestión del Consell y la muestra de una evidente voluntad política para la segunda mitad del mandato. Por vez primera en tres años, las cuentas crecerán claramente, lo que evidencia una decisión de la Generalitat de potenciar el gasto, algo que se visualizará, especialmente, en las consellerias más sociales y que se basa en los últimos informes económicos -el publicado hace unos días por el BBVA- que auguran a la Comunidad un crecimiento económico por encima de la media. ¿Y cómo se pagará? Consignando una «partida ficticia» de 1.325 millones que le corresponderían al Consell con una financiación justa como voluntad de mantener el tono de la reivindicación frente al nuev0 gobierno de Rajoy en Madrid. Como decía Segundo Bru, política en estado puro.

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