Completamente divididos y tristes. Muy tristes. Así aseguraron estar ayer la inmensa mayoría de cargos socialistas consultados por este diario. Apenas unas horas después de que el comité federal del PSOE acordara facilitar con una abstención el gobierno a Mariano Rajoy, destacados dirigentes del partido del puño y la rosa valoraron esa decisión. Y todos, sin excepción, lo hicieron con un estado de ánimo alicaído. «Hoy ha sido un día duro y muy triste para el PSOE», señalaron buena parte de ellos. Uno de los más contundentes fue el secretario provincial de Alicante, David Cerdán. Lejos de morderse la lengua, el también diputado autonómico admitió sentirse «incómodo» y afirmó que tiene «serias dudas» de que se haya adoptado la mejor decisión. Y fue más allá. Incluso cargó contra el líder del PSPV, Ximo Puig, por la indefinición que mantuvo durante la pasada semana... hasta que ayer votó a favor de la abstención. «En el PSPV no ha habido liderazgo en este proceso ni sinceridad en los planteamientos. No se puede liderar sin comprometerse», zanjó Cerdán.

Por el contrario, la vicepresidenta segunda de las Cortes, Ana Barceló, respaldó ayer la decisión que se adoptó en el comité federal. «La mayoría de miembros ha entendido que lo más conveniente era no convocar elecciones. Y yo soy una socialista convencida de que mi partido toma en cada momento las decisiones que cree más convenientes para él», apuntó, a la vez que restó importancia a la fractura en el PSPV: «No me preocupa. En absoluto. Ximo (Puig) apostó por hacer una "Entesa" para el Senado y tiene capacidad de diálogo. Nadie puede dudar sobre sus fuertes posiciones ideológicas».

Otra partidaria de la abstención -y ayer votó en ese sentido- fue la secretaria de Organización del PSPV en la provincia de Alicante, Toñi Serna. «Había dos opciones malas y yo me he decantado por la que creo que es menos mala», dijo tras participar en el comité federal. La también diputada autonómica apeló a la «unión» del partido y se mostró segura de que los socialistas tienen «tiempo» para recuperarse y «reconstruir» su proyecto. Pero ese proceso se presume largo y costoso, como señalaron varios de los dirigentes consultados.

Gabriel Echávarri se posicionó en el bando del «no» a Rajoy, pero abandonó Madrid con un mensaje similar al de Toñi Serna. «Solo puedo expresar mi máximo respeto a la decisión del comité federal y estoy convencido de que no habrá ningún tipo de ruptura (interna)», señaló a través de su jefa de prensa. Días atrás, sin embargo, el primer edil afirmó que pediría la expulsión del PSOE de los que contribuyeran a un gobierno del PP.

Los dos diputados socialistas en el Congreso por Alicante, Patricia Blanquer y Julián López Milla, también analizaron la votación de ayer. La parlamentaria alcoyana dijo que la situación de crisis interna a la que ha llegado el partido «nunca tenía que haberse producido» y emplazó a sus compañeros a resolver las diferencias en los órganos correspondientes.

López Milla, por su parte, afirmó que la coyuntura en la que gobernará el PP no será la idónea y los socialistas tratarán de hacer valer en el Congreso el programa con el que concurrieron a las elecciones. «El PSOE afronta un reto difícil y tenemos la enorme responsabilidad, sobre todo los que estamos en el Congreso, de ser útiles a las personas que nos votaron. Lo mejor que podemos hacer es que esta legislatura, en la que el PP tiene una mayoría pequeña, sirva para aplicar una parte de nuestro programa», dijo. Y añadió: «Las dos opciones eran muy malas. Quienes han tomado la decisión creo que han optado por la que era la menos mala».

Y el secretario general del PSPV en la provincia de Valencia, José Luis Ábalos, afirmó ayer durante el comité federal que «lo más importante para el partido es la militancia» y lamentó que «esta vez la hemos dejado ausente».

Este diario intentó conocer ayer la opinión del alcalde de Elche, Carlos González, y del portavoz socialista en la Diputación, José Chulvi, pero no obtuvo respuesta de ninguno de los dos.