Completamente fracturados... y con una mayoría en contra de facilitar la investidura de Mariano RajoyMariano Rajoy. Así llegan hoy al decisivo comité federal del PSOE los miembros de la federación valenciana. Tras semanas de debates, acusaciones cruzadas y presiones tanto internas como externas, el partido del puño y la rosa disipará al fin hoy la duda: si se abstiene en el Congreso, entrega en bandeja el gobierno al PP y evita unas terceras elecciones en solo un año o, por el contrario, dice «no» a los populares y deja vía libre para unos nuevos comicios.

Las posiciones son encontradas. Tanto a nivel federal, como en el caso de los dirigentes de la Comunidad Valenciana. Según la información recopilada ayer por este diario, 9 cargos son partidarios de la abstención, mientras que 11 abogan directamente por oponerse a un gobierno del PP. Dos miembros no acudirán a la cita de hoy (Leire Pajín y Antonia García Valls), mientras que otro (Empar Navarro) no contestó las llamadas de este diario y mantuvo así la incógnita.

Las consecuencias de estas cifras van más allá de una mera disparidad de criterios. No solo evidencian de nuevo la división en el seno del PSPV -ya quedó más que patente en el fatídico comité federal en el que dimitió el hasta entonces secretario general, Pedro Sánchez-, sino que además confirman que Ximo Puig tiene un problema. Y de calibre.

Puig, en minoría

El jefe del Consell tiene un partido fracturado y hoy llega al cónclave socialista en minoría. Por poco, pero en minoría. Aunque él no ha definido de manera clara su postura, altos dirigentes del PSPV admitieron ayer que es partidario de la abstención. Y la mayoría de la delegación valenciana, por el contrario, es partidaria del «no» a Rajoy. Entre ellos, como se puede apreciar en el gráfico que acompaña a esta información, algunos «pesos pesados». Uno de ellos, el síndic del partido en las Cortes Valencianas, Manuel Mata. Y otro, el alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri. Este último incluso ha asegurado que pedirá la expulsión del PSOE de todos aquellos dirigentes que faciliten un gobierno del PP.

En el bando de la abstención se sitúan otros «notables» como el expresidente de la Generalitat Joan Lerma; el secretario de Organización del PSPV, Alfred Boix; o el exsenador Ángel Franco, que nunca llegó a marcharse del partido. Algunos de los cargos que hoy se abstendrán lo harán en consonancia con Puig. O, lo que es lo mismo, actuarán como lo haga su secretario general. Entre ellos, la ilicitana Toñi Serna o Antonio Amorós, que ayer por la noche aún dudaba de si acudir hoy a Madrid o no.

El también presidente de la Generalitat, consciente de la fractura, ha eludido aclarar a lo largo de la semana el sentido de su voto de hoy. Objetivo: rebajar la tensión. Sin embargo, sí ha mantenido varias reuniones a nivel interno y ha hablado largo y tendido por vía telefónica con los miembros valencianos del comité federal. Y les ha trasladado que tienen total libertad para que voten como consideren oportuno.

Hoy todo se resolverá. El PSOE decidirá si se abstiene en el Congreso -ya sea con 11 diputados o en bloque- y deja gobernar al PP, o dice «no» y aboca al país a unas terceras elecciones. Pero ocurra lo que ocurra, los socialistas valencianos regresarán a la Comunidad como se marcharon: divididos.