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Teledirigidos desde Madrid

La reapertura de Canal 9, escenario clave en la batalla entre la izquierda y un PP que «sigue» a Montoro

El intento del PP de «boicotear» el arranque de la nueva Corporació Valenciana de Mitjans -el nombre elegido para la reapertura de Ràdio Televisió Valenciana- evidenció dos cosas: la importancia de la batalla que se va a librar con el reinicio de las emisiones de la cadena pública y la dependencia que, en estos momentos, el PP de Isabel Bonig tiene de la estrategia que se está marcando en Madrid en relación a la Comunidad. Para el gobierno de izquierdas que comparten los socialistas y Compromís el «reinicio» de la televisión pública es decisivo de cara a la segunda mitad del mandato. O, al menos, así lo trasladan altos cargos del Consell. El abrazo que el titular de la Generalitat, Ximo Puig, y la vicepresidenta Mónica Oltra se dieron ayer en su escaño de las Cortes al consumarse la elección del nuevo consejo rector del ente público certifica el valor que el Ejecutivo le concede a ese momento en el que la señal de la cadena -tres años después del cierre a golpe de intervención policial decretado por el PP- pase del fundido en negro a la imagen.

Los populares son conscientes de que están en uno de los momentos clave de la legislatura y no dudaron en sacar toda su artillería. Abandonaron el pleno de las Cortes para tratar de restar legitimidad a la elección de la nueva cúpula directiva de la cadena televisiva autonómica. «Nace muerta», proclamó Bonig después de la elección del letrado Enrique Soriano y de casi todos los miembros del consejo directivo con los votos de la izquierda y de Ciudadanos, suficientes al sumar más de dos tercios del hemiciclo. El PP se marchó del pleno de las Cortes con la única intención de poner palos en las ruedas de la nueva cadena. Dos pruebas. Soriano era un candidato de consenso. Un jurista de reconocido prestigio, con años de inmaculado servicio en el parlamento y de enorme valía como reconocían, en privado y hasta en público, en el PP. Y la segunda es que los populares mantuvieron hasta el final la candidatura de Maite Fernández, una de las editoras de noticias en Canal 9 a la que se vincula con la censura de las noticias del accidente de metro, a sabiendas de que eso bloqueaba por completo la unanimidad. Estrategia de tierra quemada cargada de irresponsabilidad.

Pero además la posición del PP destila un seguidismo del mensaje desplegado por Cristóbal Montoro desde Madrid que, en estos momentos, ratifica una falta de autonomía y de independencia en el proyecto que Isabel Bonig quiere liderar para los populares valencianos. El PP avalaba y elogiaba a Enrique Soriano pero además tenía asegurada la elección de Maite Fernández con los votos de los socialistas y de Compromís. Así que la maniobra de ayer en las Cortes sólo buscaba desestabilizar las instituciones a la estela de las órdenes de Montoro, decidido, incluso, a llegar a los tribunales para poner en cuestión la ley impulsada por la izquierda para reabrir la cadena de televisión pública. «Nosotros, en estos momentos, no la abriríamos», aseveró Bonig tras conocer que desde La Moncloa cuestionaban la reapertura de Canal 9. Otro agravio más del Gobierno de Madrid contra la Comunidad.

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