Enésimo llamamiento a la unidad. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, aprovechó su discurso de ayer con motivo del 9 d'Octubre para reclamar a la sociedad, en general, y a los partidos políticos, en particular, que remen todos en la misma dirección en pro de un objetivo común: «romper los muros de la invisibilidad valenciana». El jefe del Consell lanzó un mensaje optimista en el día grande de la Comunidad. Pasó de puntillas sobre las enormes dificultades económicas con las que se ha topado desde que tomó el timón del Ejecutivo y esquivó la herencia reputacional que hoy aún pesa sobre las tres provincias valencianas. Por no haber, no hubo ni una sola crítica directa al Gobierno central por la infrafinanciación. Nada. Sólo mentó, y casi de pasada, que resulta muy difícil hacer frente al paro, la exclusión social y el agotamiento del modelo productivo con «infrafinanciación e infrainversión». Hasta ahí.

Ahora bien, sí reiteró que la Comunidad tiene un problema. «El problema valenciano existe. Hemos avanzado en un año gracias al acuerdo histórico de toda la sociedad valenciana, pero nos queda un combate difícil para superar la invisibilidad que acabará con la desigualdad», señaló mediada su intervención. El jefe del Consell mantuvo ese tono durante todo su discurso. Lejos de rebelarse contra el Gobierno central y evidenciar con datos -que podría- el maltrato sistemático que han venido sufriendo las comarcas valencianas durante los últimos años, el presidente tendió puentes. «Somos gente de paz, de diálogo y de afectos», dijo, para acto seguido advertir: «Pero nunca bajaremos los brazos».

Tras elogiar y describir brevemente los méritos de los premiados ayer, Puig abundó en el mensaje positivista. «Este gobierno trabaja con la convicción de que hay una política guiada por los valores que representan nuestros premiados. Una política más razonable, más realista y más humana. Os propongo una vía valenciana y un nuevo proyecto de prosperidad», dijo. Y agregó: «Hace unos años en España se decía que cuando un problema no se entendía y no tenía solución es que se estaba valencianizando. Hoy valencianizar significa capacidad de entendimiento, reparación de derechos, reconstrucción económica, fuerza y unidad para defender la causa justa de la financiación». Esa fue la segunda y última vez que el gran problema de la Comunidad se «coló» en el discurso del presidente. Y eso, que esta pasada semana el Gobierno central dio la espalda a la Generalitat en el acto reivindicativo que convocó en Madrid y además se ha comprometido a incrementar de manera «insuficiente» los fondos que le transferirá en 2017, como denunció el conseller Vicent Soler. Puig, sin embargo, estimó que ayer no era el día para librara otra batalla con el Ejecutivo de Rajoy. Tiempo tendrá.