La profunda crisis que padecen los socialistas ya golpea de lleno al corazón del Pacte del Botànic, la alianza de izquierdas que los socialistas comparten con Compromís y Podemos para sustentar la gestión del Consell. Apenas 48 horas después del bochornoso espectáculo que el PSOE ofreció en Ferraz con Ximo Puig en el bando que maniobró para tumbar a Pedro Sánchez y sólo un día más tarde de cerrarse a cualquier opción de que Mariano Rajoy acabe investido con el aval de los socialistas, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, dejó abierto un resquicio a la duda que alimentó la tensión en el gobierno valenciano justo ahora que el periodo de sesiones en las Cortes entra en un momento clave: el trámite parlamentario de los presupuestos para el año 2017. «En este momento no se dan las circunstancias para que el PP merezca nuestro apoyo, ahora bien, ese debate se debe producir», sugirió Puig en una entrevista en La Sexta.

«En este momento somos claramente contrarios. El PSOE no va a entregar, no va a bajar los brazos, pero es un debate que se puede mantener con total normalidad. Se debe mantener», reconoció Ximo Puig que reclamó que se diga la «verdad» a los afiliados -muy enfadados con el jefe del Consell por las formas utilizadas para relevar a Sánchez, elegido en su día en primarias- y que se descarte por completo la opción de un gobierno alternativo con la izquierda, al que se pudieran sumar los nacionalistas. «Se debe explicar a la sociedad y a los militantes en qué situación estamos, cuál es el escenario de verdad y no las falacias, y la verdad es que no hay más que dos alternativas, ayudar a facilitar el gobierno al PP o finalmente decir que no hay posibilidad y terceras elecciones», resumió.

Ximo Puig, en todo caso, reclamó «reflexión por todas las partes» y atribuyó la crisis -que explotó el miércoles con su dimisión y la de otras 16 personas de la Ejecutiva Federal y culminó el sábado con la renuncia de Pedro Sánchez- a una «situación de incomunicación dentro del partido». Insistió en que sus discrepancias con Pedro Sánchez se remontan a la decisión de la dirección federal de frenar las candidaturas conjuntas al Senado con C0mpromís y Podemos, lo que propició que el PSPV se quedara, por vez primera en la historia, sin senadores electos con Podemos y Compromís. José Muñoz, diputado en las Cortes Valencianas y representante del PSPV en la nueva gestora de Ferraz, también sugirió tras la primera reunión de la cúpula federal la posibilidad de abrir ese melón e, incluso, de realizar una consulta a los militantes, aunque finalmente todo parece que la decisión quedará en manos del comité federal. La grieta que dejó abierta Ximo Puig, en cualquier caso, agitó la tensión dentro del Pacte del Botànic, especialmente con Podemos, socios parlamentario del Consell y que ahora se siente fuerte para condicionar a los socialistas con la intención de conducirlos a unas terceras elecciones en las que pudieran tomar el mando de la izquierda y dar, esta vez sí, el «sorpasso» a las listas con la marca del PSOE.

El mensaje lo lanzó el secretario general de Podemos en la Comunidad Valenciana, Antonio Montiel. En los pasillos de las Cortes, advirtió de que su partido podría replantearse el apoyo al Consell si el PSOE facilita la investidura de Mariano Rajoy. Montiel dijo que es pronto para adelantar la decisión de Podemos, pero admitió que la preocupación dentro de la formación morada «es grande» y, a su juicio, «está en entredicho cuál es el alcance que tienen los movimientos internos en el PSPV». Ya es la segunda vez que Montiel se pronuncia en ese sentido. Los votos de Podemos son claves para dar la mayoría en el parlamento pero aunque se rompiera el Pacte del Botànic, parece casi imposible que la formación morada pudiera firmar una moción de censura con el PP y C's. Aunque, eso sí, dejar en minoría al presidente Ximo Puig generaría una fuerte inestabilidad que, sin embargo, el otro socio del Consell, Compromís, no está dispuesto a acrecentar.

Fran Ferri, portavoz parlamentario de la formación de Mónica Oltra, consideró que el Pacte del Botànic, firmado por el PSPV, Compromís y Podemos tras las elecciones autonómicas, es «previo» a la crisis en la que están sumidos los socialistas y tiene «una base fuerte y sólida» que le permitirá «aguantar durante toda la legislatura». En su opinión, la situación tan complicada que se vive en el PSOE con Ximo Puig como uno de los principales protagonistas no afectará a las bases del Consell porque el acuerdo alcanzado hace ahora año y medio «está por encima de los partidos» y de sus problemas. Estamos para trabajar por los valencianos». Lo cierto, en cualquier caso, es que el amago de Podemos puede tener un cierto impacto en un mes como octubre en el que se inicia la tramitación de los presupuestos. Y la formación morada podría aprovechar para poner en aprietos al gobierno de Puig y Mónica Oltra.

La portavoz del PP en las Cortes, Isabel Bonig, volvió a tender la mano al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, como partido «unido y responsable» porque los valencianos están esperando «altura de miras» de los partidos políticos. «Nadie podrá acusar al PP de hacer leña del árbol caído», indicó Bonig, quien deseó «lo mejor» al PSOE pero, agregó, es el momento «de dejar de hablar de pactos, problemas internos, bandas, bandos y cuestiones personales» y de empezar a resolver los problemas de los ciudadanos.

Por el contrario, el portavoz de Ciudadanos, Alexis Marí, mostró su preocupación por que la crisis del PSOE pueda «tambalear» el acuerdo del Botánico. «Los cimientos del gobierno del Titanic parece que se pueden tambalear», manifestó Marí, que a su vez consideró que los problemas internos del PSOE «no acompañan en absoluto» a luchar, a su juicio, contra el «hartazgo que existe hacia la clase política» por parte de la ciudadanía. Más presión para los socialistas en una decisión, sea la que sea, que les conduce hacia un escenario cada vez más incierto: susto o muerte.