Fractura total. El sainete que se vivió ayer en la calle Ferrazcalle Ferraz no sólo hizo temblar los cimientos del PSOE a nivel federal. También golpeó, y de lleno, al seno del PSPV y al propio Consell. Una imagen vale más que mil palabras. En concreto, la de la consellera de Sanidad, Carmen MontónCarmen Montón. Lejos de posicionarse al lado de su «jefe» en la Generalitat y líder de los socialistas valencianos, Ximo Puig, Montón arropó ayer -otra vez- al hasta ayer secretario general del partido, Pedro Sánchez. Se sentó junto a él -cierto es que en su condición de secretaria de Igualdad en la ejecutiva- y le estuvo brindando apoyo durante todo el día, tal y como admitieron a este diario varios de los asistentes al comité federal.

Esa fotografía, recogida arriba de estas líneas, es mucho más que una simple imagen. Evidencia la ruptura entre el presidente de la Generalitat y la titular de Sanidad tras una semana cargada de tensión. Sobre todo, después de que Puig dimitiera junto a otros 16 miembros de la ejecutiva federal para propiciar la caída de Sánchez. Montón, sin embargo, se ha mantenido fiel al hasta ayer líder del partido, ha dado la espalda a Puig y no presentó su renuncia en ese mismo equipo de dirección.

Pero, ¿cómo puede repercutir ese distanciamiento entre ambos en el Consell? ¿Se avecina remodelación? Fuentes próximas al presidente de la Generalitat recalcaron ayer que no. Descartaron por completo la salida de Carmen Montón del Ejecutivo, aunque admitieron sin reparos que se ha abierto una brecha entre ambos. Esta misma semana, sin ir más lejos, el propio Puig lo admitió. Habló de una «ruptura emocional» con ella, aunque se mostró convencido de reconducir la situación. Pero por ahora no lo ha logrado.

«Ximo tiene un problema... y muy gordo», zanjó ayer un histórico del socialismo valenciano. El líder del PSPV tendrá que adoptar ahora una decisión. O bien releva a Montón, o bien deja pasar el tiempo e intenta limar asperezas. Otro alto cargo del partido próximo a Puig dio la respuesta. «Si hubiera una remodelación del Consell pronto, estoy convencido de que la relevaría. Pero no lo va a hacer porque no habrá cambios a corto plazo», zanjó. Dirigentes socialistas presentes en el comité federal de ayer corroboraron que ayer se vivió tensión entre ambos. A nadie le pasó desapercibido el lugar privilegiado que ocupó Montón.

Y no sólo eso. Donde también se evidenció la distancia que separa a ambos fue en la votación para celebrar un congreso exprés. Tras horas de debates estatutarios, broncas constantes, recesos y más recesos, desconfianza entre las partes, un intento de votación secreto abortado por un supuesto pucherazo... Después de todo eso, al fin, se procedió a votar si se celebraba un congreso extraordinario el próximo 23 de octubre para elegir al nuevo secretario general -como defendía Pedro Sánchez- o, por el contrario, se desechaba esa opción, tal y como reclamaban los críticos. El secretario general del PSOE ya había avisado. Si perdía la votación, dimitiría. Y así fue. Ahora bien, ese sufragio a mano alzada evidenció las discrepancias internas de los socialistas valencianos. ¿Por qué? Porque los representantes de la Comunidad en el comité federal se partieron en dos. Según los datos recabados por este diario, los dirigentes que se posicionaron a favor de Pedro Sánchez fueron la propia Carmen Montón; el alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri; el expresidente de la Generalitat y «padrino» político de Ximo Puig, Joan Lerma; el síndic del PSPV en las Cortes, Manuel Mata; el líder del partido en la provincia de Valencia, José Luis Ábalos; el exeurodiputado Andrés Perelló; la secretaria general del PSPV en Manises, Pilar Molina; y la dirigente de La Vall d'Uixó Antonia García.

En el bando contrario, el de los críticos con Sánchez, se posicionaron otros «pesos pesados» del socialismo valenciano, como el líder del PSPV, Ximo Puig; su secretario de Organización, Alfred Boix; el diputado en el Congreso Ciprià Ciscar; la secretaria de Organización del partido en la provincia de Alicante, Toñi Serna; el concejal socialista en Valencia Vicent Sarrià; la eurodiputada Inmaculada Rodríguez-Piñero; la exalcaldesa de Aldaia Empar Navarro; y el exsenador Ángel Franco. Se consuma, por ende, otro distanciamiento de calado. El de Gabriel Echávarri con Ángel Franco, el considerado por muchos como su «padrino» político en Alicante.

Pese a la fractura interna, algunos de los dirigentes que ayer votaron en sentido contrario dialogaron de manera amigable en el interior de la sede del partido en la calle Ferraz. Entre ellos, Echávarri, Puig y Lerma. Los tres fueron «cazados» por las cámaras de LaSexta charlando en el interior de la sede.

Más allá de la división del PSPV, la sensación que compartieron ayer todos los cargos socialistas consultados fue la de desolación. Y es que ayer se vivieron momentos de tensión en Ferraz. Hubo acaloradas discusiones, acusaciones de un presunto pucherazo en una votación que se tuvo que suspender y reproches. Muchos reproches.

Reacciones

La onda expansiva que nació en Ferraz con la dimisión de Pedro Sánchez llegó pronto a la Comunidad. El líder autonómico de Podemos y socio externo de Ximo Puig en el Consell, Antonio Montiel, se desahogó en Twitter. «El @PPopular y @PRISA han ganado la votación en la calle Ferraz gracias al tándem Díaz y González. El @PSOE definitivamente herido de muerte», escribió el dirigente de la formación morada.

Otros de los que lamentó la crisis socialista fue el síndic de Compromís en las Cortes Valencianas, Fran Ferri. «Anem a tindre dreta per a rato en Espanya...», relató también en Twitter.