Durante muchos años, Antonio García Miralles fue uno de los miembros más destacados del Comité Federal, al que accedía en un puesto de privilegio de la lista que se aprobaba en los congresos socialistas en su condición de presidente del PSPV-PSOE. Preocupado por una situación política que «ya nos va a pasar factura», el veterano dirigente alicantino y expresidente de las Cortes Valencianas considera que, en estos momentos, la cuestión principal no es la discusión sobre las normas estatutarias en la que se han enzarzado los partidarios de Pedro Sánchez y los seguidores de la andaluza Susana Díaz para hacerse con el control de Ferraz. «Ahora mismo de lo que se trata es de explicarles a los ciudadanos cuál es nuestra posición para desbloquear el gobierno. Y eso tiene que salir claramente del comité federal para resolverlo, además, de una forma rápida», explicó.

En opinión de García Miralles, la mejor solución -«sobre eso es lo que el comité tendría que debatir», explicó- sería intentar formar una mayoría de gobierno en el Congreso junto a Ciudadanos y Podemos. «Es mi preferencia. Pero creo que ni Albert Rivera ni Pablo Iglesias lo aceptarían. En todo caso estaría bien que se pronunciaran en un plazo breve para certificar su negativa», apuntó García Miralles. «Con esa negativa encima de la mesa, habría que hablar con el PP pero, desde luego, no soy partidario de regalar ninguna abstención», detalló. «En esa negociación se deben poner varias cuestiones encima de la mesa: pedir otro candidato diferente a Mariano Rajoy, una reforma Constitucional para abordar el problema territorial, cambios en la ley electoral, la revisión del modelo de financiación autonómica, la reforma laboral y educativa, un paquete de medidas contra la corrupción y que ese candidato se sometiera a una cuestión de confianza en un plazo de alrededor de un año», explicó García Miralles para apuntar que, en el caso de que el PP no aceptara, «no quedaría más opción que otras elecciones».

En todo caso, Antonio García Miralles considera que la cuestión fundamental, en estos momentos, es la de aclarar el problema de la gobernabilidad y, con posterioridad, celebrar el congreso. «No veo motivos para precipitarlo», apuntó para reconocer que la gestión de Pedro Sánchez, en su opinión, «no ha sido buena». «Lo que esperan los ciudadanos es que resolvemos cómo se forma gobierno y no las cuestiones del partido», zanjó para pedir un debate tranquilo en el comité federal que hoy se celebra en Madrid.