División total en el PSPV. A pesar de los intentos del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, para evitar que la crisis por el control de la cúpula de Ferraz tenga un impacto directo en la estabilidad del socialismo valenciano, lo cierto es que el PSPV exhibirá su fractura en el comité federal convocado el próximo sábado para decidir sobre el plan de Pedro Sánchez. Después de que el secretario general del PSOE lanzara un par de cargas de profundidad a Puig en una entrevista radiofónica, el jefe del Consell tomó posición: se mostró contrario a la iniciativa de Pedro Sánchez aunque rechazó que se le identifique con la andaluza Susana Díaz. Así que el presidente de la Generalitat se presentará el sábado en Madrid -en total los militantes del PSPV con derecho a voto son 22- con una delegación muy dividida en una batalla que puede tensar a su vez el debate del socialismo valenciano en los próximos meses.

La posición de los seis militantes de la provincia que son miembros del comité federal -un órgano de 290 personas que tiene en sus manos el futuro del PSOE- certifica hasta que punto el escenario de Ferraz es complejo y complicado. A favor de Pedro Sánchez -contra el que los barones conspiran para obligarle a dimitir antes del sábado- se posicionan claramente el alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, y la exdiputada Vicenta Tortosa, actualmente gerente del Hospital de Elda. «Las diferencias en democracia se dirimen votando. Hay diferencias plausibles, que son conocidas, de criterios y estrategias. Hay que votar. No debemos tener miedo», apuntó Echávarri tras una comparecencia en el Ayuntamiento de Alicante. «Apoyo por completo a Pedro Sánchez. Votar es la vía que tenemos los militantes sencillos para expresarnos», subrayó, por su parte, Vicenta Tortosa que, además, avaló los movimientos para intentar formar gobierno en Madrid. «Tengo experiencia de coaliciones. La izquierda es plural. Y el ejemplo a seguir es el de esta Comunidad», concluyó Tortosa que está pendiente de un asunto familiar para ver si puede viajar y participar en esa reunión.

En contra de la hoja de ruta marcada por Pedro Sánchez para que los militantes elijan a un nuevo secretario general el 23 de octubre y el congreso se celebre en diciembre sin tener en cuenta el bloqueo para la formación de Gobierno, se colocaron el exportavoz socialista en la Diputación, Antonio Amorós, y Toñi Serna, diputada autonómica y secretaria de Organización del PSPV en la provincia. «Estamos ante un lío tremendo que se debe aclarar lo antes posible. Hay que buscar una solución buena para todos», explicó Amorós, contrario a entregarle el gobierno a Mariano Rajoy pero que, en todo caso, rechaza el calendario marcado por Pedro Sánchez y estará pendiente, dice, del «mandato» que marque el presidente Ximo Puig para el PSPV. Toñi Serna, por su parte, consideró que la propuesta del secretario general del PSOE es «precipitada» y «tensiona» el partido. «Antes de votar, le pido a Pedro Sánchez una reflexión con pausa para evitar un enfrentamiento», solicitó la también diputada autonómica.

Las otras dos militantes socialistas de la provincia que tienen derecho a voto en el comité federal no tienen previsto ni siquiera acudir. Una de ellas es Leire Pajín. La exministra y antigua secretaria de Organización del PSOE con Zapatero está dedicada por completo a su trabajo, alejada de la primera línea y evita cualquier declaración pública. Esta semana la tiene ocupada con una agenda de viajes que le impediría, en cualquier caso, participar en el comité. Y la otra es Elena Martín, excandidata socialista en Alicante y que ahora regenta un restaurante en el centro de la ciudad. «Para acudir tengo que contratar a una persona que me sustituya. Me cuesta el dinero y tengo que estar trabajando», detalló la que también fuera secretaria de Organización del PSPV que, no obstante, se mostró a favor siempre de que «las bases puedan decidir con libertad lo que consideren».

La división y el desconcierto que se vive entre los socialistas alicantinos se reproduce casi de forma mimética en el conjunto de la Comunidad. A pesar de que el presidente de la Generalitat quería evitar una guerra civil en el PSPV y un problema en el Consell, lo cierto es que las andanadas de Pedro Sánchez y la posición de Andalucía de apretar el acelerador le obligaron a tomar partido. «La prioridad de los socialistas debe ser claramente la gobernabilidad en España y, ya después, abordar el proceso interno del partido sin cortoplacismos ni maniqueísmos», sugirió Puig durante un acto que protagonizó en Barcelona al que acudió Miquel Iceta, primer secretario del PSC y afín a Sánchez. Junto a Ximo Puig, descontando a los citados Antonio Amorós y Toñi Serna, también se posicionan la eurodiputada Inmaculada Rodríguez-Piñero; el diputado Ciprià Císcar; el hombre fuerte del aparato del PSPV, Alfred Boix; y Vicent Sarrià, edil en el Ayuntamiento de Valencia y antiguo secretario de Organización de los socialistas valencianos con Ignasi Pla.

A favor de Pedro Sánchez, sumando a los mencionados Echávarri y Vicenta Tortosa, están José Luis Ábalos, secretario provincial del PSPV en Valencia; la consellera Carmen Montón; Susana Ros, que fuera compañera de despacho de Pedro Sánchez en el Congreso; y el exdiputado Andrés Perelló, miembro de Izquierda Socialista, corriente que está a favor de las consultas con los afiliados, de la negativa a Rajoy y de intentar un pacto de izquierdas. Hay otro ramillete de dirigentes empezando por Joan Lerma, acabando por Jorge Alarte y pasando por Pilar Molina, Manuel Mata, Empar Navarro y Antonia García Valls que, por ahora, evitaron pronunciarse. Y otra ausencia: la alcaldesa de Quart de Poblet y vicepresidenta de las Cortes, Carmen Ramírez, tampoco acudirá a la cita en Madrid al tener que participar en una procesión en su pueblo. Para procesión, desde luego, la que les espera a los socialistas.