El Consell y la Diputación siguen sin encontrar un punto de nexo para coordinar sus actuaciones desde la lealtad institucional. Ximo Puig y César Sánchez se contraprogramaron ayer en Xàbia, epicentro de los últimos incendios que arrasaron más de mil hectáreas entre la Marina Alta y Baixa. Montaron dos reuniones, Puig con alcaldes y Sánchez de la Junta de Gobierno Provincial, para hablar de las ayudas a las zonas siniestradas. A pesar de que el tono de la tensión se ha rebajado notablemente en las últimos tiempos, lo cierto es que el episodio volvió a evidenciar la distancia que todavía separa al titular de la Diputación del jefe del Consell, que todavía tienen pendiente reunirse.
Tras la reunión de Puig con alcaldes, la Generalitat anunció que pondrá en marcha en los próximos dos meses las mesas de concertación de los incendios de Xàbia y Bolulla. Cuando se disponga de una primera estimación de los daños de estos incendios, apuntó, se pondrá en marcha un decreto de ayudas. César Sánchez, por su parte, ratificó la inversión de un millón en un plan de reforestación; la apertura del subparque de Bomberos de Benissa; un impulso al voluntariado medioambiental en la Marina Alta; y la elaboración de un informe sobre la situación forestal de la provincia. «Donde no llegue el Consell lo hará la Diputación», proclamó el dirigente del PP tras la reunión de la junta provincial.
