Mientras en las Cortes se celebraba el debate sobre la Comunidad, en la Diputación de Alicante se ha producido una maniobra de calado político. El presidente César Sánchez y el portavoz de Compromís, Gerard Fullana, mantienen contactos discretos para cuadrar un plan de inversiones en la N-332. El movimiento, precipitado a partir de la bronca con las rotondas de Calp, refleja la voluntad de Sánchez de impulsar pactos y la de Fullana -obligado tras convertirse en una fuerza de gobierno a dar respuesta inversora a sus veinte alcaldes- de convertirse en uno de los líderes de Compromís en la provincia. Atentos a la jugada. P. r. f.