Un final en el Partido Popular «indigno» y una actitud «poco ejemplar». Así se despachaba ayer uno de los vicesecretarios nacionales del PP, Javier Maroto, sobre la decisión de Rita Barberá de mantener su acta como senadora, lo que le permitirá -al margen de continuar cobrando un sueldo público- seguir como aforada y que su causa por presunto blanqueo la instruya el Tribunal Supremo. Junto a Maroto, otros altos cargos populares arremetieron ayer contra su ya excompañera de partido por aferrarse a su escaño. Hasta en la provincia de Alicante, el PP consideró que su marcha era necesaria y el abandono del Senado «lo correcto», según señalaron dirigentes del partido provincial a este diario.
Lo que ayer se convirtió en un rosario de críticas del PP hacia Rita Barberá no ha tenido, sin embargo, el mismo eco cuando se ha tratado de otro tránsfuga, Fernando Sepulcre, quien se mantiene como diputado no adscrito en la Diputación de Alicante pese a abandonar C's el pasado mes de junio. Sepulcre, cuyo voto condiciona la mayoría del equipo de gobierno en la corporación provincial (en manos del PP), ha encontrado el respaldo de los populares en varias ocasiones y hasta públicamente el presidente de la institución provincial, César Sánchez, ha defendido que no es un tránsfuga y que legalmente tiene todos los derechos que corresponden a un diputado no adscrito, como sueldo, despacho, uso de las instalaciones del Palacio Provincial, voto en los plenos y hasta en la comisión de investigación recientemente creada para investigar la gestión del PP durante los últimos 12 años en la Diputación de Alicante.
Ningún miembro del PP ha lanzado la más mínima duda ética en cuatro meses sobre su decisión de aferrarse a su acta como diputado pese a gritar a los cuatro vientos desde que entró bajo las siglas de C's que venía a «regenerar la política». Ni desde la cúpula provincial del partido, ni desde la bancada del PP en el hemiciclo provincial se ha instado al diputado tránsfuga a irse a su casa. El Ayuntamiento de Alicante llegó a firmar recientemente una declaración institucional que apoyaron todos los grupos -menos Sepulcre, que también es concejal en el consistorio alicantino, y la edil tránsfuga de Podemos, Nerea Belmonte, para pedir a la Diputación que dejara sin retribución al diputado tránsfuga. En aquella votación el PP se abstuvo y se desmarcó de la decisión del resto de grupos. Además, antes de que Sepulcre abandonara C's, el grupo popular le propuso como presidente de la comisión de investigación de la Diputación. Ahora le respalda en su iniciativa de traer un parque de la firma Lego a Alicante. Y mientras tanto, la cúpula nacional y provincial del PP cargando tintas contra Barberá porque mantiene su acta. ¿Es sólo la investigación judicial a la exalcaldesa de Valencia la que diferencia la línea de no agresión a Sepulcre de la crítica pública contra su excompañera de partido?
El presidente provincial del PP, Pepe Císcar, recordó ayer que ya ha dicho en varias ocasiones que si fuera Barberá se hubiera ido hace tiempo -antes de que le estallara la investigación del Supremo-, y evitó paralelismo alguno entre la senadora y el diputado provincial. «No es lo mismo, Fernando Sepulcre no tiene ninguna causa judicial por corrupción», afirmó. Insistió también, al igual que sostienen los populares de la Diputación, en el concepto de tránsfuga «porque es aquél que cambia un gobierno o cambia mayorías y eso no se ha dado en la Diputación», apelando a la ley de régimen local y esquivando la definición de tránsfuga que recoge el Diccionario de la Real Academia Española.
El secretario general del PP de Alicante y vicepresidente de la Diputación, Eduardo Dolón, sostuvo que no puede comparar los casos porque a Barberá le afecta una investigación y negó, a preguntas de este diario, que la actitud neutra hacia Sepulcre se corresponda a un interés político para seguir teniendo su apoyo. «Un diputado no adscrito tiene sus derechos y si en la comisión de investigación defendemos su mantenimiento en contra de lo que pide la oposición no es tratarlo mejor, es que no incluirlo sería anticonstitucional, según nos ha dicho la secretaria», añadió. Más parco en palabras fue el presidente de la Diputación, César Sánchez, quien utilizó ayer una sola frase a modo de mantra: «El PP ha hecho lo que tenía que hacer y la decisión de Rita Barberá es algo personal», por lo que evitó manifestarse sobre la postura de su partido ante la decisión de Barberá de aferrarse al escaño para evitar entrar en cualquier contradicción al mantener a un tránsfuga en la Diputación.
Que entre ambos hay una diferencia relevante, como es la investigación judicial que afecta a Barberá y que no se da en el caso de Sepulcre, lo cierto es que el PP de Alicante, a todos los niveles, se fuma la pipa de la paz con un diputado que ha hecho lo mismo, a efectos prácticos, que la exregidora de Valencia a la que ahora arrinconan: quedarse en el sillón en un contexto político en el que el PP acaba de negociar con C's varias medidas de regeneración política.
Sin paralelismos
Para Sepulcre tampoco hay paralelismos entre la senadora -quien fue elegida por las Cortes Valencianas- y él. Tan distinta ve la situación que el diputado no adscrito señaló ayer que si fuera Rita Barberá, «a día de hoy dejaba el acta y me iba a mi casa». Manifestó que la situación judicial que Barberá tiene sobre la mesa «es muy complicada porque es ella y todo lo que está pasando en el PP de Valencia» y recordó que él no tiene ninguna investigación de por medio. A preguntas de este diario negó ser servicial con el grupo popular de la Diputación y reivindicó, una vez más, su condición de no adscrito para defender su derecho a un sueldo.
