La falta de financiación que evite recurrir al déficit como única salida para poder cumplir con los servicios públicos y el «rescate» que impone el Gobierno de Madrid como la alternativa a los problemas financieros de las autonomías, no sólo ahogan el margen de maniobra del Consell sino que, además, han disparado la deuda por vez primera por encima de los 43.100 millones, un «agujero» de proporciones astronómicas que suma cerca de 7,2 billones de las antiguas pesetas. El informe trimestral del Banco de España certifica un volumen de «números rojos» que, con los datos actualizados hasta finales de junio, alcanzan la friolera de 43.164 millones, lo que supone el 41,7% del Producto Interior Bruto (PIB). Es la segunda autonomía más endeudada en valores absolutos -sólo Cataluña registra peores datos- pero la primera del ránking en relación a su riqueza. Un botón de muestra. Si el pago de la deuda se tuviera que realizar a modo de colecta entre los casi cinco millones de valencianos, cada ciudadano tendría que rascarse el bolsillo y poner sobre la mesa nada menos que 8.713 euros.

En toda España, la deuda del conjunto de las administraciones públicas batió récords en el segundo trimestre del año, hasta los 1,106 billones de euros, 10.543 millones más que en el primer trimestre, y se situó en el 100,5% del PIB. En el caso concreto de los gobiernos autonómicos, Cataluña -74.757 millones-, Comunidad Valenciana -con los citados 43.164 millones-, Andalucía -32.551 millones- y Madrid -29.439 millones- siguen concentrando dos tercios de toda la deuda en manos de los ejecutivos regionales en el segundo trimestre. En todas estas autonomías la deuda creció respecto al periodo anterior. Para la Comunidad Valenciana, el alza del lastre de la deuda fue de casi 1.200 millones de euros en apenas tres meses, la segunda mayor subida desde que la izquierda llegó al gobierno de la Generalitat, hace ahora 15 meses. La asfixia financiera que heredó el gabinete de izquierdas que comparten los socialistas y Compromís se tradujo en una intervención del presidente Ximo Puig en el debate sobre la Comunidad sin proyectos ni compromisos económicos. La situación es de tal gravedad que para hacer frente a todo ese volumen de deuda sería necesario parar la actividad de la Generalitat durante tres años y dedicar todo el dinero a saldar los compromisos con los bancos.

En porcentaje del PIB, la Comunidad Valenciana, con un endeudamiento que supone ya el 41,7%, sigue encabezando a las regiones más endeudadas en relación a su riqueza, seguida de Cataluña, con el 35,9%, y Castilla-La Mancha, con el 35,8%. El conseller de Hacienda, Vicent Soler, atribuyó el crecimiento de la deuda a la gestión del PP. «Prácticamente tres cuartas partes del aumento de la deuda en el primer semestre de 2016 -855 millones- son para cubrir el déficit de 2015 que absorbió pufos y decisiones sobrevenidas del anterior Consell», aseveró. «La asunción por parte del nuevo Consell de estas medidas tomadas por el anterior gobierno hizo que el déficit de la Comunitat se incrementara un 0,7%, que es el máximo que teníamos autorizado», afirmó. «Resulta hasta insultante que tengamos que financiar vía préstamos que hay que devolver lo que deberíamos recibir por derecho. El FLA es un parche que no hace más que incrementar el endeudamiento con el Estado mientras no se ponga una solución», zanjó.