La situación judicial de Rita Barberá -senadora del PP y exalcaldesa de Valencia- tras el auto con el que se le abre una investigación por blanqueo de capitales, marcará el debate sobre el estado de la Comunidad. Una sesión que arranca hoy en las Cortes como el primer gran examen parlamentario del gobierno de izquierdas que comparten desde hace quince meses el PSPV y Compromís. La resolución del Supremo que pone a la veterana dirigente popular en el punto de mira de los juzgados y que, a la vez, vuelve a colocar en tela de juicio la financiación del PP en la Comunidad «torpedea» la intervención de Isabel Bonig y, desde luego, supone un balón de oxígeno para el gobierno del tándem que forman Ximo Puig y Mónica Oltra justo en el momento en el que los populares habían decidido endurecer de forma notable su mensaje de oposición.

Esa variable judicial que se ha «colado» en la agenda del debate con el que hoy se abre el periodo de sesiones le viene como anillo al dedo a una parte del discurso con el que lleva unos días trabajando el presidente de la Generalitat, Ximo Puig. El jefe del Consell, en el primer debate de política general que tiene que afrontar durante este mandato, pondrá en valor las iniciativas para frenar la corrupción, canalizadas a través de la conselleria de Transparencia que dirige el alicantino Manuel Alcaraz. Puig pretende lanzar una serie de iniciativas para intentar «lavar» la imagen de la Comunidad, muy golpeada por la avalancha de casos de corrupción y por la gestión de la última etapa del PP. Ese punto será un eje de su intervención junto a otras cuestiones como el maltrato de Madrid a la Comunidad, la urgencia social o las medidas para asentar un cambio económico para lanzar la recuperación.

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, defenderá que el Gobierno surgido del «Acord del Botànic» -con los socialistas y Compromís en la gestión junto a Podemos como socio parlamentario- ha sentado las bases de «un nuevo paradigma de crecimiento económico capaz de crear empleo de calidad, sostenible y dialogado con los agentes sociales» pero también ha aportado «estabilidad y honradez», un argumento que podrá apuntalar con la decisión judicial que pone a Rita Barberá -la indiscutible figura política de los populares en la ciudad de Valencia durante las dos últimas décadas y media- como investigada por blanqueo de capitales en la financiación del Partido Popular. Así que el gobierno se ha encontrado, desde luego, con un argumento para salir airoso del debate mientras que la intervención de Isabel Bonig arrancará lastrada por un calendario judicial que vuelve a ponerse en contra del PP, incapacitado de momento para intentar retomar la iniciativa política y convocar un congreso que renueve el conjunto de la organización.

El discurso de Isabel Bonig será «duro» en las formas pero, desde luego, su carga de profundidad perderá capacidad de impacto ante la resolución contra Rita Barberá que, desde luego, llega en un momento inoportuno. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, no perdió ni un minuto a la hora de aprovechar para apuntar a la diana en dirección a Isabel Bonig. «Efectivamente la losa de la corrupción adosada al PP impide desde luego muchas cosas con Rajoy porque es obvio que no puede representar la regeneración», señaló el dirigente socialista que disparó contra la número uno regional de los populares. «Bonig es la principal responsable del PP en la Comunidad Valenciana. Y Rajoy no puede esperar ni un minuto más para tomar una decisión, que viene determinada por la Justicia, no por su voluntad política, pero que es inaplazable ya», apuntó exigiendo la dimisión de Barberá, que ocupa un escaño en el Senado a propuesta del PP dentro del cupo que corresponde a las Cortes.

Con el discurso de los populares maniatado por el escenario judicial al que se asoma Rita Barberá, el gran problema con el que se puede encontrar el Consell que forman los socialistas y Compromís en este arranque del periodo de sesiones, puede ser el fuego amigo. Hay expectación en la escena política valenciana con el papel que pueda jugar Podemos, socio parlamentario del Consell. La formación morada que lidera Antonio Montiel en la Comunidad lleva meses deshojando la margarita sobre su entrada en el Consell, tiene pendiente activar la convocatoria del «Acord del Botànic» y en los últimos días ha exigido al gobierno no sólo acelerar las reformas con una gestión más eficaz sino también otro impulso al programa del pacto. Podemos está en una situación muy complicada: arrastra problemas internos pero también se debate en una situación en la que Compromís -rentabilizando la acción de gobierno- se puede acabar «comiendo» parte de su espacio de cara a los comicios autonómicos de 2019. Y con eso tendrá que jugar Antonio Montiel.