Las relaciones de Consell con el Gobierno están por definir ya que dependerán del color político del futuro nuevo Gobierno. Y este elemento determinará las estrategias de un bipartito que puede destacarse como un gobierno regional a la contra o como un espejo en el que se mire Madrid. Puig necesita también lograr que el mestizaje con Compromís no se resquebraje. Durante el primer año y medio la convivencia ha funcionado, aunque con roces. El reto es evitar que la desconfianza avance por la rivalidad electoral. j. r./M.B.