Las tres diputaciones de la Comunidad Valenciana se dieron ayer un baño de autonomía y los tres presidentes de estas instituciones asistieron a la que ya han llamado la I Cumbre Interprovincial de la Comunidad con el fin de defender la coordinación y cooperación en materias de su competencia. Medio año después de la publicación de los decretos de la Generalitat que limitan las competencias de las diputaciones en materia turística y deportiva -con recursos de por medio desde Alilcante y Castellón para paralizar su entrada en vigor- los tres presidentes se unieron con la premisa de trabajar en el ámbito de la juventud. Para ello, el presidente de la Diputación de Castellón, Javier Moliner, quien junto al presidente de la institución alicantina, César Sánchez, han sido los azotes como contrapoder de Ximo Puig en sus respectivas provincias, ejerció de anfitrión y recibió a sus homólogos en un encuentro de unos 40 minutos donde acordaron potenciar los servicios que prestan.

No obstante, tanto Sánchez y Moliner -del PP- negaron que la reunión tuviera un tono de pugna con la Generalitat y todo a pesar de los recursos contra los citados decretos, que siguen vivos «pese a que el TSJ haya descartado la suspensión cautelar de éstos», en palabras del presidente de la institución provincial de Alicante. «Nos separa la imposición de que una mesa en la que no tenemos mayoría decida en qué se tiene que invertir el dinero en Turismo y Deportes, pero la mesa nos parece bien», sentenció Sánchez ayer en declaraciones recogidas por Europa Press. Y esa misma idea sobre la ausencia de pugna como trasfondo de la reunión la trasladó también el presidente de la Diputación de Valencia, el socialista, Jorge Rodríguez.

En el caso de César Sánchez, el tono de tensión y confrontación que venía utilizando a lo largo del último año contra el jefe del Consell empezó a descender en verano, sobre todo de cara al acuerdo por el empleo firmado entre la Generalitat y las diputaciones en el mes de julio. Hasta Sánchez y Puig se han mostrado cordiales en sus últimas coincidencias de agenda, a falta tan solo de una cita formal para reunirse después de un año sin hacerlo. No obstante, fuentes del entorno de Presidencia destacaron el talante del presidente de la Diputación de Valencia e invitaron al presidente Puig a «tomar nota» y «abrise más al diálogo» dejando de lado el color político.

Esta cumbre, según señaló el anfitrión, Javier Moliner, «no es contra nadie» y «nace para sumar experiencias, recursos y soluciones que pongan en marcha políticas que mejoren la calidad de vida de los ciudadanos por encima de ideologías», señaló, y explicó que las tres diputaciones han reivindicado «cooperar y no competir».

Rodríguez, por su parte, indicó que «lo normal es ser capaces de poner en marcha políticas comunes» y que existe «voluntad» de coordinarse entre ellos y la Generalitat. Los tres presidentes se mostraron también a favor de la cooperación en Sanidad.

Los tres dirigentes provinciales se han emplazado a próximas cumbres en Alicante y Valencia para tratar otras áreas de interés común como son, respectivamente, la recaudación de impuestos o las políticas de igualdad.