Las afirmaciones del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, invitando a la reflexión a su partido - así como al resto de formaciones- para evitar unas terceras elecciones después de la previsible investidura fallida de Mariano Rajoy abonan las discrepancias existentes entre el jefe del Consell y la dirección provincial del PSPV-PSOE. La flexibilidad del presidente Puig ante unos nuevos comicios choca con la impertérrita posición de la dirección socialista alicantina, que sostiene que no hay otra vía para evitar las terceras elecciones que no sea la «autotraición» y darle el gobierno de España a la derecha.

Un día antes de que Mariano Rajoy se enfrente al debate de investidura en el Congreso de los Diputados con el respaldo del pacto alcanzado con C's, Puig volvió a hacer ayer un llamamiento a los partidos para debatir, pero dejando claro que su «no» rotundo al candidato del PP a la presidencia del Gobierno. Pero esa rotundidad no durará mucho, porque a partir de la investidura fallida que a todas luces se prevé, el líder de los socialistas valencianos apuesta por un escenario de reflexión, apela al Comité Federal de los socialistas y habla de la búsqueda de vías alternativas «para desatascar la situación». «No puede ser que no haya otra vía más que las elecciones», señaló Puig. Ayer, el propio secretario de Relaciones Políticas del PSOE, Patxi López, pidió al jefe del Consell que aclarara si su postura supone facilitar la investidura de Rajoy.

Preguntado por si apoyaría a Pedro Sánchez si se volviera a presentar a la investidura, Puig aludió al «debate» y destacó que primero va la reflexión y luego ese debate, las conclusiones y la comunicación. «Lo que no puede ser es empezar por las conclusiones. Por tanto, cuando a mi se me pide que diga lo que quiero que sea la conclusión, primero es el debate y luego la conclusión y habrá que poner encima de la mesa todas las posibilidades», expuso sin entrar en líneas concretas. Ni en congresos, pese a su cercanía, y eludió cerrar filas en torno a Pedro Sánchez, con quien Puig ya ha mostrado varios pulsos y a quien llegó a evitar en las últimas elecciones de junio para no coincidir con él en algunos actos.

El presidente de la Generalitat justifica el «no» de su partido «porque el PSOE es la alternativa a Rajoy y hasta el momento no ha cambiado nada sustancial para cambiar de posición», pero sigue obviando qué otras vías pueden explorarse sin otorgar el gobierno de España a la derecha, lo que provocó las críticas de la dirección provincial del PSPV.

El secretario de los socialistas de la provincia de Alicante, David Cerdán, sostiene que no hay otra vía más que la «autotraición» para evitar unos terceros comicios, algo «que pese a no ser lo deseable», supondría mantener al PSOE «en lo que tiene que ser». «No veo cómo evitar unas terceras elecciones sin dar el apoyo al PP y sin posibilidad de formar gobierno. Nuestro papel es el de oposición, no el de arreglarle el Gobierno a Rajoy», destacó ayer Cerdán a preguntas de este diario. Indicó que Puig, con su idea de ir al Comité Federal «está mareando la perdiz» y aunque opinó que podría tener sentido esa convocatoria, insistió en que no hay fórmula para evitar las elecciones «sin dejar de ser lo que somos, un partido de izquierdas», añadió Cerdán.

No es la primera vez que el máximo representante orgánico de los socialistas alicantinos cuestiona posturas con la mirada puesta en el presidente de la Generaliat. Cerdán fue uno de los cargos socialistas más contundentes en la reclamación de una voz para el PSPV diferenciada del Consell y uno de los más críticos con la factura que puede pasarle al PSPV el exceso de lealtad política de Puig a sus socios de Compromís.

El PP se ceba con el PSOE

El presidente del PP provincial, Pepe Císcar, señaló ayer respecto al pacto entre PP y C's que el acuerdo «evidencia cómo un partido que históricamente ha estado en las soluciones para España, como el PSOE, se ha convertido en un gran problema para el país». Desde el PP de Alicante también tenía algo que decir el presidente de la Diputación, César Sánchez, después de que el acuerdo «salve» a las diputaciones provinciales, algo que no contemplaba el firmado entre C's y PSOE, que incluía su desaparición. «Se trata de un organismo que si no existiese tendría que inventarse aunque no por ello hay que obviar el debate de su reforma y modernización». César Sánchez dijo estar satisfecho con el punto de la reforma de la administración «porque ha imperado el sentido común» y subrayó que el líder de los socialistas, Pedro Sánchez, «perderá su capacidad de ser un hombre de Estado si se mantiene en el no a Rajoy».