Desde que Podemos entró en las instituciones no han dejado de sucederse citas electorales, factor al que la formación achaca que de algún modo se haya dejado de escuchar a las plazas y círculos. Entre eso y las últimas decisiones tomadas por el secretario general Antonio Montiel, como la destitución de la secretaria de Organización Sandra Mínguez, se había resentido el enlace entre distintos estratos del organigrama del partido. Como respuesta, y por canales ajenos a la propia estructura de la formación, se organizó ayer en Torrent (Valencia) una asamblea que reunió a centenares de participantes.

Según explicaron diferentes fuentes de la formación morada, se escucharon todo tipo de opiniones respecto a la gestión que se está haciendo desde la cúpula del partido, aunque «sin ninguna tensión» entre las bases y Montiel, quien acudió a escuchar lo que la asamblea quería trasladarle. También estuvieron presentes cargos electos como Àngela Ballester, diputada en el Congreso, Ferran Martínez, senador, o Antonio Estañ, diputado en las Cortes. La que no fue, sin embargo, fue Sandra Mínguez, la destituida secretaria de Organización el pasado mes de julio y quien había manifestado públicamente sus discrepancias con Antonio Montiel.

En turnos de palabras de tres minutos, los intervinientes abordaron temas como la relación de los órganos del partido, la transparencia, la estructura comarcal, el debate sobre si entrar en el Consell o no y el futuro en general de la formación.

Entre los retos de Podemos en la Comunidad se encuentra redefinir su papel más allá del panorama electoral, es decir, establecer qué espacio quieren ocupar y a quién involucrar en él. Conformarse como una federación dentro de Podemos estatal, cambiar los órganos de dirección o sus competencias, remodelar la estructura interna y sus estamentos decisorios fueron otras de las cuestiones lanzadas por los participantes.