El presidente de la Generalitat y secretario general del PSPV, Ximo Puig, indicó ayer durante un desayuno en Castellón que «habría que hacer posible evitar un segundo fracaso» de legislatura fallida en España y, al respecto, apuntó la necesidad de tener un Gobierno en Madrid con el que se pueda «interlocutar» para solucionar cuestiones como la infrafinanciación de la Comunitat y la paralización del Corredor Mediterráneo. Al respecto, apuntó la necesidad de abrir un debate nacional respecto «por dónde queremos que vaya España» y, en este sentido, indicó que es «fundamental» que todos los partidos hagan un proceso de reflexión y de debate «del que salgan unas conclusiones, pero sin más pretensión por mi parte». «Yo estoy preocupado por la situación porque mi primera vocación es gobernar la Comunidad Valenciana, y para eso es razonable tener un gobierno con el que poder interlocutar y poder discutir», apuntó el presidente Puig.

Al respecto, el jefe del Consell recordó que hay un problema «gravísimo» como la financiación autonómica y la paralización del Corredor Mediterráneo «por lo que estas cuestiones queremos que se resuelvan y, para ello, necesitamos que haya una interlocución». La investidura fallida de Mariano Rajoy -hoy el Congreso de los Diputados volverá a rechazar al candidato del PP- ahonda en la crisis institucional en la que se encuentra España con nueve meses de Gobierno en funciones, pero también redobla la presión externa e interna sobre el líder socialista Pedro Sánchez para que evite unas terceras elecciones. Pese a la firmeza de su discurso en el debate de investidura es evidente que Sánchez tiene una dilema.

Ximo Puig fue uno de los primeros barones socialistas que expresó en público la necesidad de abrir un debate interno para reflexionar sobre la posición socialista. El jefe del Consell no ha pedido formalmente la convocatoria de un nuevo Comité Federal -como sí han hecho otros- si bien el inquilino del Palau está convencido de que el inmobilismo de Sánchez no conduce a ninguna parte y que la prioridad para salvar el proyecto socialista es evitar que los españoles vayan de nuevo a las urnas. Junto a Puig, otros dirigentes del PSPV piensan que Sánchez debe poner precio a su abstención. También, llegado el caso, explorar otras opciones de gobierno con Podemos.

Ahora bien, el debate está abierto internamente en las filas del socialismo valenciano. Y es que la causa de Sánchez tiene también partidarios en del PSPV, quienes sin titubear consideran que «no podemos convertirnos en la muleta de Rajoy». Esta es la opinión de la consellera de Sanidad y secretaria de Igualdad de la Ejecutiva de Sánchez, Carmen Monton; o del secretario de Valencia, José Luis Ábalos.