El Ministerio de Hacienda y la lupa que ha puesto en los ayuntamientos para controlar el déficit público se ha convertido en un suplicio para el día a día de los ayuntamientos. Las exigencias del área que dirige Cristóbal Montoro están causando un importante bloqueo en el trabajo diario de los municipios, que ven como los funcionarios, especialmente los de alto rango como los interventores municipales, dedican buena parte de su tiempo a las exigencias del Ministerio, que pide gran cantidad de información, según relata el alcalde de Redován, Adrián Ballester, que califica de «brutal» el nivel de datos que Madrid está pidiendo a los pueblos. La percepción de que los municipios están pagando a sus funcionarios para que trabajen para Hacienda es general. El alcalde de Xàbia, José Chulvi, destaca que están obligados a dar una «cantidad de información ingente» al Ministerio que si se cuantificara «tendría un altísimo coste», además de denunciar la burocratización que se está generando en los ayuntamientos. «Un funcionario tiene que estar para su ayuntamiento», explica Chulvi, quien destaca que ocurre lo mismo en la Diputación de Alicante al tratarse también de una entidad local. s. ll.