Los partidos políticos finiquitan mañana el mes de julio con un buen puñado de asuntos pendientes. Con buena parte de los dirigentes en vísperas de tomar las vacaciones y con una actividad prácticamente residual durante el mes de agosto, las principales formaciones políticas de la Comunidad retomarán su frenética actividad en septiembre con multitud de deberes. Varios son los asuntos, tanto autonómicos como provinciales, que deberán encauzarse sí o sí a la vuelta del asueto estival.

Uno de los más destacados es el desbloqueo a la nueva Radiotelevisión Valenciana. Las principales fuerzas de izquierdas de la Comunidad incluyeron en sus programas electorales la reapertura de la televisión y la radio públicas después de que el Consell del popular Alberto Fabra decidiera cerrarlas de manera unilateral a finales de 2013. Desde el pasado año, el bipartito PSPV-Compromís, con el apoyo externo de Podemos, se marcaron como reto su recuperación a corto plazo. Pero el tiempo ha ido pasando, los problemas legales han frenado su puesta en marcha y, para colmo, el Gobierno de Puig y Oltra ha fracasado esta misma semana en su primer trámite para reactivar el servicio de televisión. ¿Por qué? Por la elección del presidente y el consejo rector. Pese a que en un principio todo apuntaba a que habría «fumata blanca», finalmente se produjeron dos vetos. El primero, el del PP y Ciudadanos a que el excorresponsal de Canal 9 en Bruselas Josep López fuera el nuevo presidente. Y el segundo, el de Compromís y Podemos a que Maite Fernández, exjefa de Informativos en la era Camps, formara parte del consejo rector. El resultado es el sabido. Los grupos parlamentarios decidieron el miércoles de manera unánime sacar del orden del día del pleno las votaciones para la elección del presidente y el consejo rector. El proceso se retomará desde cero en septiembre.

A nivel autonómico, el tándem PSPV-Compromís y sus «socios» externos de Podemos han pospuesto también hasta la vuelta de las vacaciones otro asunto crucial: la posible incorporación de la formación morada al Consell. Cuando las urnas abrieron la posibilidad a un gobierno de izquierdas en mayo de 2015, el partido que lidera Antonio Montiel en la Comunidad descartó formar parte del nuevo Ejecutivo. Sí aportó en las Cortes los votos necesarios para que Ximo Puig asumiera el timón de la Generalitat -sólo los necesarios-, pero declinaron asumir consellerias a la espera de las elecciones generales. Ahora, sin embargo, el propio Montiel ha abierto de par en par esa puerta. La Generalitat, de hecho, barajó la posibilidad de realizar una remodelación de gobierno a finales de julio. Pero finalmente la ha aplazado. Presumiblemente, hasta septiembre.

Dos hechos evidencian esa posible incorporación de Podemos al Consell. El primero, que el partido de Pablo Iglesias mantendrá reuniones con todos los departamentos del Ejecutivo para controlar los presupuestos de 2017. Y el segundo, que la Generalitat todavía no ha cubierto las dos vacantes que se han producido a lo largo de este mismo mes en el segundo escalón por comportamientos «poco éticos» de sendos altos cargos: la ya exdirectora general de Internacionalización Mónica Cucarella -por ocultar el negocio familiar en una gasolinera-; y la exsecretaria autonómica de Sanidad Dolores Salas -por la contratación de su hija en una empresa dependiente de la administración valenciana-.

Uno de los que más carga de trabajo deberá asumir en septiembre será, sin duda, Ximo Puig. Tanto a nivel institucional como orgánico. En su condición de presidente de la Generalitat abordará varios focos. El primero, el debate de política general. Será el primero al que se someterá en las Cortes, dado que el pasado año sólo participó en el de investidura. Además, Puig también ha dejado hasta el regreso de vacaciones su reunión con el máximo responsable de la Diputación de Alicante, César Sánchez. Ambos intentarán apaciguar la guerra que vienen librando desde hace meses y que se acrecienta con el paso de las semanas. Especialmente, por los decretos de coordinación que ha aprobado ya el Consell y otros que prevé aprobar próximamente para intervenir parte de las cuentas de la corporación provincial.

Ya a nivel orgánico, Puig aprovechará septiembre para preparar el congreso nacional de su partido. Salvo cambio de última hora, el jefe del Consell optará de nuevo a reeditar la secretaría general del PSPV. Ese cónclave dependerá de Madrid. Una vez que se resuelva el congreso federal llegará el turno de las citas autonómicas.