Las «injerencias» de la Generalitat -a través de los decretos de coordinación y de proyectos como la «Xarxa Llibres»- fueron ayer protagonistas del «encierro estratégico» que impulsó el presidente de la Diputación de Alicante, César Sánchez, para mejorar la organización entre la institución provincial, la dirección del partido y los grupos municipales del PP, tanto los que están al frente de ayuntamientos como desde la oposición. Durante su intervención ante sus compañeros de partido, Sánchez puso el foco en las tensas relaciones que ha mantenido en su primer año al frente de la Diputación con el jefe del Consell, el socialista Ximo Puig, quien todavía no ha visitado el Palacio provincial como máximo dirigente de la Comunidad. Y es que en Presidencia de la Diputación mantienen que las controvertidas decisiones de la Generalitat Valenciana -como el ya judicializado decreto de turismo- han intentado torpedear la gestión de la institución provincial. Esa inexistente relación entre la Diputación y el Consell es, a juicio de Sánchez, uno de los aspectos a mejorar en el próximo curso político. «Me he sentido muy solo en algunos momentos de este año por las relaciones con la Generalitat. Creo que he dado pasos y he hecho gestos para intentar solucionar esa falta de tacto del Gobierno Valenciano», señaló ayer el dirigente popular antes de «encerrarse» con el resto de cargos del PP en un conocido hotel de Alicante para «reflexionar»: «Espero que se abra un periodo de buenas relaciones en septiembre, que prime el interés general más allá de que podamos tener discrepancias políticas y formas de entender la Comunidad Valenciana». Sánchez enfatizó que en el modelo defendido por el Consell liderado por Puig «no tienen cabida las diputaciones ni las provincias, son federales».

Durante unas siete horas, incluido el receso para la comida, los diputados provinciales del PP, la cúpula del partido en Alicante y otros dirigentes se reunieron en un hotel del litoral para «reflexionar» sobre el curso político que ya toca a su fin. «Creo que es importante pararse a pensar, a reflexionar para ver cómo estamos», señaló Sánchez -sociólogo de formación académica- antes de cerrar la puerta de uno de los salones nobles del hotel, abierto a escuchar «voces críticas» que finalmente apenas se pronunciaron. Entre las «peticiones», más que reproches por aquello del bajo tono utilizado, destacaron intentos de mejorar la comunicación con los municipios que ya no están en manos del PP. Y es que ya no vale sólo con que la Diputación se comunique, como hasta hace poco más de un año, con las alcaldías.

A la novedosa cita de ayer, propuesta por el presidente César Sánchez, los diputados y asesores fueron con el trabajo hecho de casa, ya que un día antes tuvieron que entregar en Presidencia un informe personal sobre las debilidades y las fortalezas detectadas tras un año al frente de la Diputación de Alicante. Con los resultados bajo el brazo llegó ayer el jefe de gabinete del presidente, Antonio Peral, uno de los primeros en dejarse ver por el hotel y que salió al «hall» para recibir a César Sánchez. Tras el presidente aún se dejaron ver los vicepresidentes César Augusto Asencio y Carlos Castillo, que fue moderador de una de mesa de trabajo sobre proyectos estratégicos de este mandato.

Rutas sociales: más calle

Al encuentro privado, que el PP intentó distanciar de la reciente cumbre del Consell en Torrevieja, acudieron todos los diputados provinciales del partido -no estuvo, eso sí, el tránsfuga Fernando Sepulcre que garantiza la gobernabilidad del PP en la Diputación-, el presidente provincial del PP, José Císcar, junto a otros miembros de la cúpula del partido en Alicante, como Rafa Candela y Juan de Dios Navarro.

La cita no sólo sirvió para valorar la gestión realizada durante este año en la Diputación, sino también para proponer cambios de cara al nuevo curso político. Uno de ellos, con vocación de fortalecer la imagen que se proyecta del principal bastión del PP en la Comunidad e institución clave para hacer frente a la izquierda tras la doble cita electoral del pasado año, será un «sustancial» cambio en la agenda del presidente, quien pretende «salir más del despacho» para aumentar el contacto con la ciudadanía tras un primer año de toma de contacto. «Quiero hacer más ruta social, aumentar mis visitas a los municipios en lugar de recibir a los alcaldes u otros dirigentes en mi despacho», explicó ayer César Sánchez antes de arrancar el cónclave popular.

Tras los deberes que el presidente Sánchez puso a los diputados en la previa de la reunión, ahora el trabajo se lo han llevado a casa principalmente los dos moderadores de las mesas: Carlos Castillo y Eduardo Dolón. Ambos vicepresidentes tienen como tarea poner en común las conclusiones de las dos mesas de trabajo que tuvieron lugar ayer para trasladarlas a Presidencia a finales de agosto.