Mientras el Gobierno en funciones del PP se afana en gestos hacia el nacionalismo catalán, el presidente valenciano, que en los últimos días ya ha dejado sus mensajes contra las tentaciones «discriminatorias» de Rajoy, se encontraba ayer en l'Hospitalet de Llobregat (Barcelona) con su homóloga andaluza, Susana Díaz. En la lista de temas a tratar, Ximo Puig llevaba una «alianza por la lealtad institucional». O lo que es lo mismo, contra los tratos de favor a algunas autonomías en detrimento de otras.

El Ejecutivo central aprobó ayer mismo una autorización a Cataluña para formalizar operaciones de crédito a corto plazo por 685 millones de euros. La operación no se sale de la normalidad financiera Cataluña ha ingresado este año más de 5.000 millones por este recurso por 2.400 de la Comunitat Valenciana, pero en el contexto actual de cortejo del PP a la antes llamada Convergència Democràtica para la investidura de Rajoy, las alarmas saltaban.

Ximo Puig sostiene que el PP está haciendo un uso partidista de las estructuras del Estado y ayer se lo volvió a plantear a Susana Díaz.

No solo está la cuestión de los posibles privilegios a Cataluña el Gobierno dio luz verde ayer a que la Agencia Europea del Medicamento, que podría salir de Londres como consecuencia del brexit, se instale en Barcelona, sino los posibles recortes ante las obligaciones económicas que impone Bruselas.

Ya se ha puesto una cifra sobre la mesa, 1.350 millones de euros. Puig y Díaz coinciden en que las autonomías no pueden ser las paganas, aseguraban ayer fuentes del entorno del jefe del Consell. Estas son las que sostienen el grueso del gasto social sanidad, educación y dependencia y recortar en sus cuentas es estrechar el Estado del Bienestar, argumentan.

El presidente valenciano y Susana Díaz se vieron las caras en el municipio más andaluz de Cataluña, l'Hospitalet, invitados por su alcaldesa y con el líder del PSC, Miquel Iceta, de compañero de mesa. El motivo era la jornada Regeneración democrática: nuevas maneras de hacer política.

Donde los tres coinciden es en la defensa del corredor mediterráneo, un denominador común en sus reivindicaciones.

En clave interna, Iceta es uno de los pilares del líder del PSOE, Pedro Sánchez, mientras que Díaz y Puig son probablemente los barones más críticos.

Pero ayer no era el día de sacar munición contra el secretario general. El mandatario valenciano y la presidenta andaluza coinciden en que es el momento de Rajoy y que al PSOE le corresponde la oposición. El foco es el PP, señalaron, y a los socialistas les toca embarcarse en la reformulación de la socialdemocracia. Ya llegará el momento de los congresos.