Casi al final del turno de preguntas, uno de los asistentes interpeló a Oltra por la financiación, hoy por hoy el principal quebradero de cabeza de la Generalitat. Y la vicepresidenta se marcó tres objetivos que defenderá, según dijo, de manera «intransigente». El primero, que «esté quien esté» dirigiendo el próximo Gobierno central, la Generalitat reclamará una financiación «constitucional». «Somos una anomalía democrática: siendo una comunidad pobre, aportamos como una rica», señaló.

En segundo lugar, abogó por una «regularización de la deuda». Recordó que la Generalitat presupuesta cuatro veces más para el pago de intereses que para su conselleria y cifró en 16.000 millones el dinero que tendría que haber recibido de más la Comunidad. Es decir, la deuda histórica.

Por último, se comprometió a reivindicar más dinero en inversiones del Estado. «Jamás hemos tenido inversiones con arreglo a nuestro peso poblacional. No es normal», terminó la portavoz.