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Sánchez: «El Consell quiere usar la Diputación como un banco»

Un año «muy positivo», aunque marcado por la falta de diálogo con la Generalitat. Ese es el balance que hace César Sánchez 12 meses después de haber asumido las riendas de la Diputación Provincial

¿Qué balance hace de su primer año de mandato?

El balance es positivo. Hemos estado trabajando al lado de los municipios, muy especialmente de los pequeños, intentando ayudarles en sus necesidades. Ha sido muy positivo también porque nos ha permitido innovar a la hora de poner en marcha nuevas acciones en materia de promoción turística. Hemos redoblado esfuerzos a la hora de defender el agua para nuestra provincia, muy especialmente los trasvases del Tajo-Segura y del Júcar-Vinalopó. Hemos trabajado también en materia de bienestar para las personas, con un incremento importante este año del capital que invertimos en políticas sociales. Concretamente destinamos cerca de 35 millones de euros, especialmente a través del Hogar Provincial y el Doctor Esquerdo. En general, ha sido un año positivo en el que hemos conseguido tener estabilidad institucional, primero con el apoyo de Ciudadanos (C's) y después de Fernando Sepulcre.

Pero ha sido un año convulso a nivel político. Guerra abierta con la Generalitat, C's rompió el pacto de gobierno al darle sueldo al imputado Bernabé Cano, batallas constantes con Compromís, un primer diputado tránsfuga? ¿Se esperaba un primer año así de intenso?

En los problemas internos de C's me gustaría no entrar porque creo que los partidos tenemos que ser muy respetuosos con los temas que se dan a nivel interno. Con C's firmamos un pacto y ellos entendieron en un momento determinado que se había roto ese pacto, pero no obstante, el diputado Fernando Sepulcre ha ido cumpliendo durante los últimos meses con la voluntad del pleno inicial, manteniendo la estabilidad de la institución provincial, y eso hay que reconocerlo.

Vayamos por partes. Usted siempre dice que los ciudadanos reclaman altura de miras a los políticos y diálogo. ¿Por qué mantiene entonces esa guerra constante con la Generalitat?

Voy a darle un dato. Se ha celebrado hace pocos días un seminario del Consell en Torrevieja. Han sacado un documento público de 16 páginas que contiene 3.313 palabras. Pues bien, en esas 16 páginas y 3.313 palabras no aparecen ni una sola vez las palabras agua, Alicante y Costa Blanca. Creo que resume perfectamente la actitud que está teniendo el Gobierno valenciano con la provincia de Alicante. Estoy muy preocupado porque desde el primer momento hemos hecho una política de mano tendida con todas las instituciones. Tenemos una excelente relación con el alcalde de Alicante, que es del PSOE. Es una muestra de que podemos trabajar de manera permanente, separando lo político de lo institucional. Pero con el Gobierno valenciano está siendo tremendamente complicado. Entiendo que el señor Puig y la señora Oltra tienen una forma distinta de entender la Comunidad y España. En cierto modo, esas diferencias se están agudizando desgraciadamente en la atención del Gobierno valenciano a la provincia.

Esta semana han recibido un varapalo judicial al rechazar el TSJ la suspensión cautelar de los decretos del Consell en materia turística y deportiva. ¿Sigue pensando que ganarán esa batalla en los tribunales?

No hemos perdido. De momento no nos han dado la razón, pero tenemos la capacidad para recurrir, que es lo que vamos a hacer. Entendemos que no son justos con la provincia. Intervienen la provincia de Alicante y desvirtúan lo que, a nuestro juicio, defiende la Constitución.

Por cierto, ¿por qué Ximo Puig no le ha dado todavía audiencia?

La única reunión que ha habido es la que tuve en el Palau de la Generalitat. Después hubo una serie de desencuentros, donde la Diputación se ha ido enterando constantemente por la prensa de acciones de gobierno por parte del señor Ximo Puig que afectan a las diputaciones. Le hemos pedido una entrevista para tratar temas, pero todavía no ha habido respuesta. No obstante, estoy confiado y creo que en las próximas fechas voy a tener la oportunidad de verme con él.

El último desencuentro lo han tenido con el fondo de 80 millones para los ayuntamientos con dinero de la Diputación.

La Generalitat quiere usar las diputaciones como bancos por su incompetencia. Le pido que no lo haga, porque tiene unas competencias y ha de cumplirlas. Lo que no puede ser es que no cumpla con sus obligaciones e intente utilizar los recursos de otras instituciones para lo que es su responsabilidad. Dicho esto, creo que tenemos que poner en marcha cuanto antes, y ya lo estamos trabajando con Isabel Bonig, una ley de justa financiación de los municipios de la Comunidad, como tienen Andalucía o Navarra. Es muy importante que se garanticen por ley las inversiones del Gobierno valenciano y que lleguen a todos los rincones de la Comunidad. En estos momentos la provincia está siendo discriminada y no tenemos ningún mecanismo para poder reivindicar.

Esa discriminación hacia la provincia es ya crónica. ¿Por qué no propusieron esa ley cuando gobernaron ustedes?

Mire, yo tengo la responsabilidad ahora de ser presidente de la Diputación y viendo las necesidades que tiene mi provincia, de reivindicar lo mejor. Creo que justificar que ahora no se hagan cosas porque no se hayan hecho antes no es la mejor forma para mirar al futuro.

Al margen de guerras con Valencia, si tuviera que quedarse con algo de su primer año de mandato, ¿qué sería?

Con haber podido ver personalmente en mi despacho a 81 alcaldes.

¿Y se arrepiente de algo?

De muchas cosas todos los días. Siempre te quedas con cosas por hacer.

Una de sus actuaciones que más crispación ha generado fue la de las rotondas de Calp, municipio del que es alcalde, y que presuntamente beneficia a su suegra. ¿Era necesario que la Diputación asumiera ese gasto?

Hay que limitarse a los informes de los servicios jurídicos de la casa, que indican que no hay ningún tipo de beneficio. Primero, porque un alcalde no decide dónde va una rotonda en una general. Es una obviedad que todo el mundo entiende. Lo decide un Plan General, que en el caso de Calp se aprobó en 1989, cuando yo estaba estudiando en el seminario de Plasencia. En segundo lugar, en 2009, el alcalde de Compromís en el Ayuntamiento de Calp intentó hacer esas mismas rotondas y llevó a pleno la redacción del proyecto. Entonces yo no era ni tan siquiera concejal, sino un mero diputado autonómico. Y ya en 2012 la Generalitat, a través de un estudio de planeamiento, entendió que eran necesarias esas rotondas. Y lo entendió también la Demarcación de Carreteras del Estado y el pueblo de Calp, que durante las últimas décadas ha reivindicado que esas rotondas se hiciesen, porque el municipio tiene unos accesos de hace 50 años, cuando había 1.000 habitantes. Y además ha habido muchísimos accidentes de tráfico. Lo más importante es destacar que yo no he decidido que esas rotondas se hagan ahí.

Lo que denuncia Compromís es que no es una competencia de la Diputación.

Todos los días hacemos muchas cosas que no son nuestra competencia, sino de la Generalitat. En los ayuntamientos ocurre lo mismo. Para ello existe la fórmula de solicitar la autorización por parte de la administración competente. No sería la primera ni la última vez que la Diputación hace una obra sobre una carretera nacional. Ocurre en toda España. Si supuestamente, según la oposición, estoy beneficiando a mi suegra, y al mismo tiempo dicen que la obra la tiene que hacer el Estado, qué ocurre, ¿que si el dinero viene del Estado ya no hay beneficio para ella? Es una incongruencia. No hay ningún tipo de beneficio y lo importante es la seguridad. Y yo soy un alcalde que no puede ir a ver al presidente de la Diputación a su despacho.

Y ahora, ¿qué objetivos se marca a corto y medio plazo?

Dar estabilidad a la institución; seguir asistiendo a todos los ayuntamientos de la provincia, especialmente a los pequeños; la promoción económica a través de la zona franca; la promoción turística; la defensa del agua; proyectos importantes como los centros coworking; y el plan de accesibilidad de la provincia.

Eso, a nivel institucional. En cuanto al plano orgánico, muy pronto celebrarán sus respectivos congresos para renovar los cargos. ¿Dónde le gustaría estar a usted? ¿Con ser alcalde de Calp y presidente de la Diputación tiene suficiente?

En estos momentos tengo muchísimas responsabilidades y sería difícil asumir nuevas. No obstante, estoy a disposición del partido para lo que estime conveniente.

No se ve entonces en la presidencia provincial de Alicante.

Actualmente tenemos un gran presidente provincial, que es Pepe Císcar, y si él decide presentarse, el primer aval que tendrá será el mío.

¿Isabel Bonig es la persona idónea para comandar el partido a nivel regional?

Está haciendo un trabajo muy importante al levantar el partido en un momento de mucha dificultad. Hay que reconocerle el trabajo. Me gustaría que siguiera.

En clave nacional, ¿cree que habrá Gobierno en las próximas semanas o augura unas terceras elecciones?

Es deseable que haya Gobierno que dé certidumbre y tranquilidad a la sociedad, y que permita al resto de administraciones seguir trabajando.

Si usted fuera Rajoy y le pidieran que se apartara para garantizar un Gobierno, ¿lo haría?

Mariano Rajoy no es ningún problema. Lo han demostrado las urnas, que le han vuelto a poner como el candidato más votado y además con un incremento de 14 diputados.

Defíname con una frase a las siguientes personas. José Císcar.

Trabajador incansable.

Francisco Camps.

Una persona con la que se han cometido muchas injusticias.

Alberto Fabra.

Tuvo la mala suerte de enfrentarse al peor momento.

Rita Barberá.

Valencia.

Mónica Oltra.

Guerrera.

Ximo Puig.

Demasiado cerca de Cataluña.

Gerard Fullana.

Joven.

José Chulvi.

Moderación.

Raquel Pérez.

Valentía.

Y César Sánchez.

Moderación.

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