Anclado en un guión con un relato que tiene perfilado desde hace días, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, se presentó en Madrid para entrevistarse con Pedro Sánchez con una idea clara: negarse de plano a cualquier acuerdo con el PP. El jefe del Consell lo sostiene como gesto de convicción política y personal. Es lo que piensa. Y así lo transmite a Sánchez o al que le quiera escuchar. Pero, de rebote, a Puig ese mensaje le viene de perlas en clave interna: le evita choques con sus socios del Consell en un momento en el que está sobre la mesa la ampliación del Pacto del Botánico con la suma de Podemos al gobierno que, hasta aquí, conforman altos cargos socialistas y de Compromís. «No vamos a ser compañero de viaje del PP en esta aventura», proclamó Puig que, en cualquier caso, se mostró a favor de que los socialistas se queden en la oposición sin respaldar ni «por activa ni por pasiva» a un gobierno de Mariano Rajoy. «Tiene la responsabilidad a todas las derechas de España», relató el secretario general del PSPV de forma gráfica y contundente.

Después de reunirse en Ferraz con Pedro Sánchez durante una hora en el marco de la ronda de contactos de cara al comité federal del sábado, Ximo Puig defendió que «es al PP al que les corresponde tener toda la iniciativa» y moverse -echó en cara a Rajoy su «lentitud»- para intentar llegar a acuerdos que le permitan pactar con una «mayoría de votos conservadores en el Congreso». El jefe del Consell garantizó que los socialistas actuarán con «responsabilidad» una vez se forme gobierno en cuestiones «claves» para el desarrollo de la nueva legislatura como la reforma de la Constitución o, especialmente, la modificación del sistema de financiación autonómica, en el que la Comunidad Valenciana sale claramente perjudicado. Pero, en todos los casos, desde la oposición.

Ximo Puig detalló que Pedro Sánchez coincide con su análisis -«es al PP a quien le corresponde este encargo», insistió- y subrayó que, en su opinión, los socialistas tienen que «actuar de una manera clara y siendo la oposición». «El PSOE no es compañero de viaje del PP en esta aventura, no lo es, los ciudadanos han dicho que no», afirmó para después recalcar que los socialistas no van a «facilitar por activa o por pasiva un gobierno de Rajoy» que, además, «ni siquiera sabemos lo que quiere hacer». El líder de los socialistas valencianos fue muy duro con Rajoy. «No merece ninguna confianza por nuestra parte», aseguró el líder del PSPV. «Esa es nuestra posición», recalcó Puig que sólo tuvo un gesto en contra de sus socios cuando se quejó de la doble vara de Pablo Iglesias tras negarse en su día a investir a Pedro Sánchez y ayer mismo le ofreció de nuevo sus votos. «Qué lástima, hace poco tuvo la oportunidad», lanzó Ximo Puig que rechazó, por contra, cualquier opción de sumar una mayoría alternativa con los nacionalistas de izquierdas.

¿Y si Rajoy fracasa por no contar con los suficientes apoyos, como así parece en estos primeros contactos?, le preguntaron a Puig a las puertas de Ferraz. «No hay que correr más que el futuro, yo sé que siempre querremos pasar al futuro, pero el futuro llega y cuando llegue será el momento de tomar nuevas decisiones», apuntó Ximo Puig en lo que supuso el único resquicio que dejó abierto sobre un cambio de actitud de los socialistas para favorecer al PP. ¿Y si eso supone unas terceras elecciones?, le repreguntaron. Puig las rechazó pero también volvió a insistir que es el PP el que debe sumar votos por la derecha. El jefe del Consell lo tiene claro. Calma total en la Generalitat y que en Madrid sea la derecha la que sume.