Unos días antes de la última campaña electoral, el presidente de la Generalitat y secretario general del PSPV, Ximo Puig, reunió en una cena a los altos cargos socialistas. Les pidió máxima prudencia en los ataques contra Compromís y Podemos -impulsores de la coalición A la Valenciana- para evitar que la dinámica de las elecciones generales minara la acción de gobierno. Puig, de hecho, ha mantenido una posición exquisita tanto durante la campaña como en el análisis posterior a los comicios. Y todo ello a pesar de que durante la carrera hacia el 26-J, Ferraz reforzó sus ataques contra Pablo Iglesias y los socios territoriales de Podemos, entre ellos, la coalición Compromís, liderada por la vicepresidenta Mónica Oltra.

La posición del titular de la Generalitat, en cualquier caso, ha chocado en todo este proceso con la de otros cargos del PSPV -especialmente los alicantinos como David Cerdán; el alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri; o el propio número uno al Congreso, Julián López Milla- que han criticado con dureza a la coalición A la Valenciana en la campaña. Pero también con posterioridad a los comicios, colocando a la alianza de izquierdas -a la que llegaron a calificar de UTE- como la responsable de que, finalmente, el PP mejorara sus posiciones por alentar la lucha entre las fuerzas de izquierda. Un doble argumentario de los cargos del PSPV, uno más próximo a las tesis de Ferraz y otro, desde luego, más cercano a los planteamientos de Blanqueries. Esa situación se ha extendido con posterioridad a los comicios. Puig ha evitado las críticas a sus socios de gobierno para no tensar la cuerda al tiempo que rechazaba cualquier posibilidad, como piden otros barones del PSOE, de facilitar un gobierno de Mariano Rajoy, algo que le podría enfrentar a con sus compañeros de viaje en el Consell.

Ese mismo planteamiento lanzó ayer el presidente Ximo Puig durante su visita a Benidorm. Emplazó a Rajoy a explicar «qué quiere y cómo quiere» conformar gobierno porque es el que ha ganado las elecciones del 26J- y es «el que tiene la posibilidad de dictaminar por dónde tenemos que funcionar». El dirigente valenciano remarcó que la conformación de gobierno no está en el estadio de que el PSOE lo permita o no con su abstención, sino «en aquel que tiene la posibilidad de dictaminar por dónde tenemos que funcionar». «Es el señor Rajoy quien tiene que explicar qué quiere y cómo lo quiere», insistió Puig, que a su vez recriminó al líder popular que ha pasado una semana desde que ganó las elecciones, «no por mayoría absoluta, puede parecerlo pero está lejos de ella», por lo que le ha instado a sentarse y dialogar mucho. «No le vamos a solucionar nosotros los problemas de gobernabilidad a quien tiene la obligación de generar el espacio para la gobernanza», sentenció el secretario general del PSPV, quien agregó que la ciudadanía quiso que el PSOE esté en la oposición y ha reclamado que se conforme un gobierno con el que las autonomías y también Europa puedan tener un punto de «interlocución».